La tercera parte de los argentinos dice sentir soledad
Lo muestra un estudio de la UCA en ocasión del Día de la Solidaridad que sostiene que este porcentaje aumenta a un 41,7% en el estrato socioeconómico inferior y un 35,8% en una villa o asentamiento precario.
Tres de cada 10 argentinos afirman no contar con gente que lo ayude ante un problema. Este dato surge del informe «Asimetrías en el desarrollo humano y social (2007/2010-2011)» del Barómetro de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA), que sostiene que este porcentaje aumenta a un 41,7% en el estrato socioeconómico inferior y un 35,8% en una villa o asentamiento precario.
Esta realidad que afecta a todos los sectores, sin importar la clase social, toma una mayor envergadura en los contextos más vulnerables. Porque a condiciones desfavorables como la precariedad laboral, el hacinamiento, el bajo nivel educativo y los bolsillos flacos, hay que sumarle la falta de una contención emocional que les de la fuerza necesaria como para salir adelante frente a la adversidad.
Es así que lugares como las villas o los asentamientos precarios se transforman en espacios ideales para cualquier tipo de gesto humano: una oreja, una mano, una caricia, una mirada, un abrazo? Todas estas acciones son las que -en mayor o menor medida- llevan adelante los líderes y organizaciones sociales que trabajan en ese territorio.
Según la Encuesta de Condiciones de Vida y Vinculación con las OSC (2011) del Programa de Sociedad Civil y Desarrollo Humano de la UCA, los maestros, médicos y sacerdotes son las personas que gozan de mayor confianza entre los habitantes de las villas (82%, 90%, 72%, respectivamente). Le siguen los vecinos y trabajadores sociales con un 58%, y luego los dirigentes sociales con un 38%.
Según el último informe de la UCA sobre la vida en las villas, frente a un problema de cualquiera de los miembros de la familia, la casi totalidad de los encuestados dijo que tratan de resolverlo en primer lugar ellos mismos (97%), más de la mitad indicó que recurre a familiares no convivientes y en menor proporción a los amigos (54% y 39%, respectivamente). A ellos le siguen los curas en un 31%, sus vecinos en un 23% y por último los compañeros de trabajo y las organizaciones sociales con un 14%.
Sin embargo, el mismo trabajo sostiene que la sociabilidad horizontal -basada en las relaciones interpersonales de reciprocidad, confianza y afecto- forma un entramado de relaciones que alcanza al 70% de la población de las villas que da o recibe apoyo emocional y un 50% que recibe o da préstamos de dinero, intercambia ropa y alimentos, colabora con los demás en las tareas domésticas y ayuda a encontrar trabajo.
fuente: La Nación
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