Más de la mitad de las veces los antibióticos no son necesarios
«Los estudios realizados en el país señalan que el mal uso de antibióticos (ATB) en Argentina se ubica entre un 45 y un 70%. Esto significa que entre la mitad y los dos tercios de los ATB son mal utilizados», afirma el infectólogo Gabriel Levy Hara, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología y de la Comisión de Uso Apropiado de Medicamentos del Ministerio de Salud de la Nación.
Por lejos, el mayor porcentaje de usos incorrectos se da en los cuadros respiratorios, «cuyo origen es casi siempre viral», enfatiza el especialista. «Más del 85% de las infecciones respiratorias altas (anginas, otitis, resfríos y gripes, tan comunes en invierno) son de origen viral, y su evolución no se modifica en absoluto con el uso de ATB: estos fármacos sólo atacan a las bacterias. Sin embargo, los estudios coinciden en que entre un 50 y un 75% de las consultas médicas por estos cuadros estacionales terminan con la prescripción de un ATB», explica.
Como las principales víctimas de los cuadros respiratorios son los niños, son ellos también los que más consumen ATB sin necesitarlos. «Casi todos los estudios revelan que se usan más ATB en niños que en adultos. Es más: cerca del 30% del total se utiliza en menores de 10 años. La principal causa del problema sería la presión de las madres para que les prescriban ATB a sus hijos», dice Levy Hara.
La doctora Miriam Bruno, del Comité de Infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría, lo confirma. «Cuando un médico se encuentra con un niño con fiebre y catarro y tiene dudas sobre el compromiso respiratorio, muchas veces receta un ATB, cuando en ocho de cada diez casos no suele ser necesario. La insistencia de los padres para que mediquen al niño es fuerte», coincide. «El problema es que si un niño toma ATB inncesariamente el germen empieza a generar resistencia y uno se ve obligado a usar drogas cada vez más fuertes y con más efectos adversos. Debemos recurrir a los intramusculares y a veces hasta nos vemos obligados a internar», comenta Bruno.
El mal uso de ATB tiene tres orígenes: la automedicación, la mala prescripción médica y el consejo «desafortunado» del farmacéutico. La automedicación de ATB en nuestros países oscila entre un 25 y un 40%, una conducta vinculada en general al consejo de terceros, a experiencias previas de cada persona y, en cierta medida, a la dificultad para acceder a la atención médica en forma oportuna.
Pero, en la mayoría de los casos, el uso indebido de ATB obedece a un error médico: «Operan varios factores –dice Levy Hara–: el bajo nivel de formación del profesional, la escasa capacitación de posgrado, el poco tiempo entre consultas (es más fácil prescribir un ATB que explicar medidas de cuidado no farmacológicas, como reposo, antitérmicos y nebulizaciones), la presión de los padres para que medique al chico, las relaciones con la industria farmacéutica, que también inciden por el tipo de información que recibe el profesional, más sesgada, y el temor a las consecuencias legales, un problema que se repite cada vez con mayor frecuencia».
También la doctora Bruno subraya la influencia del temor creciente a problemas legales ante eventuales acusaciones de mala praxis. «El tema de los juicios multiplica esta conducta de prescripción ‘por las dudas’. A veces el médico receta un ATB de manera preventiva, por si el paciente evoluciona hacia un cuadro que lo requiera, y eso no debería ocurrir. Muchas efaecciones respiratorias se curan solas».
En el Ministerio de Salud confirman que «el uso indebido de ATB es una tendencia creciente en todo el mundo. «Argentina no es excepción. Es un problema difícil de atacar porque operan cuestiones culturales muy fuertes», dice Gonzalo Meschengieser, del Programa Remediar, especialista en el uso racional de medicamentos.
«Esto tiene dos consecuencias graves: primero, la resistencia bacteriana. Hay cepas que ya no tienen tratamiento y eso obliga a usar fármacos más fuertes», dice. El segundo punto es el costo. «Es más caro para la comunidad, para el sistema de seguridad social y para el Estado –sostiene–. En invierno hemos detectado hasta un 80% de uso indebido de ATB en infecciones respiratorias altas. Y son los médicos los que los recetan».
http://www.clarin.com/diario/2008/08/04/um/m-01729730.htm