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Mala nota para la alimentación de los argentinos: mucha carne, poca verdura

Mala nota para la alimentación de los argentinos: mucha carne, poca verdura

Hay que cambiar la mesa de los argentinos», piden los expertos. Se refieren a una dieta en crisis, en la que abundan la carne vacuna, los fideos, el pan y el aceite de girasol. Y a la que le faltan verduras, frutas y lácteos. Lo dicen porque los argentinos comen 75% más de carne vacuna de lo que deberían; 66% más de aceite de girasol y 59% más de harinas, pan y cereales de lo que indica una dieta saludable. En cambio, consumen 50% menos de frutas, 46% menos de verduras y 25% menos de leche.

Las cifras surgen de un informe elaborado por los nutricionistas Sergio Britos y Agustina Saraví, en el marco del Programa de Agronegocios y Alimentos de la Facultad de Agronomía de la UBA. Se basan en estadísticas para la Argentina de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y en estimaciones del Programa de la UBA.

«Argentina es el país del mundo donde se come más carne vacuna y su consumo sigue subiendo. Hoy se demanda más carne que en los años 90. «En esa década el consumo era de unos 50 kilos por persona por año y hoy estamos en 70 kilos: un 40% más», informa Britos.

«En tanto -apunta el especialista- el consumo de frutas y hortalizas viene bajando lenta pero sostenidamente en los últimos 30 años».

Cómo se compone la dieta de los argentinos no es un tema menor. Sucede que una inadecuada alimentación no sólo conduce a la obesidad, al aumento del colesterol y de la diabetes, sino que incrementa notablemente las enfermedades cardiovasculares. «Esta es la principal causa de muerte y de discapacidad en el país», advierte la cardióloga Liliana Grinfeld, presidenta de la Fundación Cardiológica Argentina.

El desequilibrio de los platos no es sólo una cuestión de los adultos. El mismo desbalance se observa en la dieta infantil: mucha carne, fundamentalmente vacuna, alimentos de alta concentración de grasas y azúcares; pocas verduras, frutas, granos, legumbres y leche.

Se come mucho de lo que hace mal y poco de lo que hace bien ¿Por qué? «No es sólo una cuestión de cómo está compuesta la dieta: se trata de hábitos y conductas que sólo podrán cambiarse con políticas públicas efectivas», asegura Grinfeld.

Britos y Saraví reclaman la implementación de «buenas prácticas nutricionales», por parte de las empresas y del Estado, para mejorar la producción de los alimentos y también la comunicación a los consumidores. El informe -presentado recientemente en el II Simposio de Agronegocios y Salud en la Bolsa de Cereales- destaca, sin embargo, que algunas empresas líderes han adoptado o están en camino a disminuir las grasas trans (están en productos que contienen aceites hidrogenados), el contenido de sodio y a fortificar los alimentos con distintos nutrientes. Y que desde el Estado se trabaja en el mejoramiento de la oferta de los comedores y kioscos escolares y en la claridad de la información nutricional de las etiquetas de los alimentos.

«Pero al analizar las políticas públicas en Argentina se observa que aún no se ha abordado integralmente la cuestión de la alimentación saludable. Poco o casi nada se ha avanzado desde el anuncio del plan del Ministerio de Salud que contempla la promoción de la educación alimentaria», asegura Britos, quien además es director asociado del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (CESNI).

Y brinda un ejemplo: «Las acciones de la industria (disminución de grasas trans, agregado de fibras, etc.) surgen de su propia iniciativa más que como resultado de una política pública definida».

En el Ministerio de Salud explican que el Plan Nacional Argentina Saludable -así se llama- fue presentado en octubre y abarca distintas acciones de promoción de una vida sana que, según explican, antes (en la gestión anterior) iban por caminos separados. Son tres pilares: practicar actividad física para combatir el sedentarismo, comer saludablemente para no enfermarse, y no fumar y evitar el humo del tabaco en el hogar, el trabajo y otros ambientes.

«En estos temas todo lo que se hace parece poco. Sucede que son resultados a largo plazo», aclara Sebastián Laspiur, coordinador del Plan. «Buscamos que la gente camine, ande en bicicleta, baile, se mueva; que baje el consumo de sal y grasas, que coma más verduras y frutas; y que no fume ni deje fumar en su casa o en su trabajo».

Fuente: Clarín

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