Uno de cada cinco argentinos recibe alguna ayuda del Estado para vivir
Unas 2.500.000 personas -principalmente jefes de hogares-, reciben algún plan social o de empleo del Gobierno Nacional. Y se estima en otro medio millón la cantidad de gente que tiene algún plan provincial o municipal. A esto hay que agregar los planes alimentarios que, en su mayoría, asisten a esas mismas personas o a sus familias, como los comedores escolares o comunitarios. De esta forma, se estima que 8 millones de personas -uno de cada 5 habitantes- reciben asistencia del Estado para subsistir.
Los planes van desde una ayuda de $ 150 hasta $ 770 en el caso de las pensiones para madres de más de siete hijos, más el componente alimentario. Y en otros casos la ayuda económica y financiera para el desarrollo de emprendimientos productivos.
El grueso de los planes es administrado por el Ministerio de Desarrollo Social. «El objetivo esencial de nuestro trabajo ha sido la aplicación de políticas sociales fuertes y efectivas que se tornaron imprescindibles para lograr la recuperación del tejido social argentino que quedó notablemente debilitado. Nuestra estrategia se implementó en tres programas medulares: el Plan Familias, el Plan Manos a la Obra y el Plan de Seguridad Alimentaria», le dijo a Clarín, Carlos Castagneto, Secretario de Coordinación y Monitoreo Institucional de Desarrollo Social.
El funcionario agregó que «la familia es la unidad de intervención y el mejor integrador social es el trabajo. Se trata, entonces, de buscar y fomentar la equidad a través de la generación de empleo. Tenemos que contribuir a construir actores económicos sustentables en el tiempo. No se trata de distribuir asistencia, sino de recomponer y recrear los actores y los mecanismos de mercado para que, quienes fueron excluidos, puedan ser recuperados en un esquema sustentable en el tiempo. No promovemos el clientelismo político, sino que queremos construir una sociedad de ciudadanos con trabajo y oportunidades».
El Plan Familias -que absorbió en parte beneficiarios del Plan Jefes y Jefas- consiste en un ingreso no remunerativo mensual que varía según la cantidad de niños y niñas menores de 19 años a cargo, o discapacitados de cualquier edad. Por eso, los 575.000 que lo reciben corresponden a familias, integradas por 1,5 millón de personas, sin ingresos o con ingresos muy bajos.
El Plan de Seguridad Alimentaria se dirige a familias con niños menores de 14 años, mujeres embarazadas, discapacitados o adultos mayores que viven situaciones de «vulnerabilidad nutricional». En tanto el programa Manos a la Obra apunta a promover el empleo mediante el apoyo económico y financiero a emprendimientos productivos. Por su parte, a través del Ministerio de Trabajo, siguen vigentes los planes de empleo, principalmente el de Jefes y Jefas que, a diciembre de 2008, contaba con 970.000 beneficiarios.
En los últimos 5 años, con la mayor actividad económica, el eje de los planes fue pasando de Trabajo a Desarrollo. Así, mientras Desarrollo Social más que duplicó los programas, Trabajo los redujo a la mitad.
En 2008, el gasto que ejecutó Desarrollo Social en Promoción y Asistencia fue de $ 3.804 millones, $ 4.565 millones en pensiones no contributivas o asistenciales y $ 95 millones en Cultura y Educación. Y el Ministerio de Trabajo otros $ 2.517 millones.