La mitad de las madres argentinas está soltera
Las últimas décadas fueron testigo de los cambios más radicales en la formación de las familias: divorcios, convivencias, madres solteras o lesbianas, padres solos que adoptan. En medio de las nuevas tendencias, sólo la mitad de las madres del país está casada, según un reciente informe del Observatorio de la Maternidad, elaborado en base a datos de la última Encuesta Permanente de Hogares (INDEC).
Así, de cada diez madres, cinco están casadas, tres conviven con sus cónyuges en vínculos informales, y dos están solas (son solteras, separadas o divorciadas), a diferencia de hace veinte años atrás, cuando ocho de cada diez estaban casadas, una unida y otra separada, divorciada o sola.
“En la actualidad, la mayoría de las familias en la Argentina continúa formándose por la vía legal o matrimonio. Sin embargo, sin dudas el incremento de las uniones consensuales y de los divorcios provocaron cambios, como la mayor probabilidad de que la maternidad se produzca en uniones conyugales de hecho o entre mujeres solas (divorciadas o solteras)”, afirman Carina Lupica y Gisell Cogliandro, autoras del estudio.
De este modo, ejemplifican que uno de cada cinco niños que nacen en el país vive con un solo progenitor, generalmente la madre.
En el relevamiento también se especifica el estado civil según la región geográfica. Por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires, el 61,4% de las madres de 14 a 49 años, está casada, mientras que en la Patagonia el número se reduce al 49,5%.
Para la socióloga Cecilia Lipszyc, especialista en estudios de la mujer, este fenómeno se relaciona con que la población del sur es más joven, no sólo en edad sino también en términos culturales. “Hay cuestiones adicionales como la población migrante y fluctuante que no está tan expuesta a la presión familiar. Además, suelen ser pioneros en este tipo de cuestiones como leyes de salud reproductiva o el reciente casamiento gay”, explica.
Otro de los factores que inciden en la decisión de contraer matrimonio es el hecho de tener hijos. Establecer un vínculo formal les da una seguridad mayor, en algunos casos también económica, luego de haber sido madres. Por ejemplo, si se compara el estado civil de las madres y de las mujeres que no tienen hijos pero están en pareja, surge que en las primeras prevalece el vínculo matrimonial. De acuerdo con los datos del Observatorio, entre las madres que viven con su pareja, el 65,5% se casó, mientras que el 34,5% restante está en una unión de hecho. A la inversa, del total de mujeres sin hijos que se encuentran en una relación conyugal, el 56,1% cohabita, mientras que el 43,9% está en una unión legal.
“Jurídicamente no hay diferencias relevantes entre el matrimonio y la convivencia que afecten la vida de los niños. Es cierto que hay una reacción de las parejas unidas de hecho frente al embarazo de decidir formalizar una unión, porque la institución les otorga mayor certeza a la pareja, como los bienes gananciales o la herencia. Además, en el país el matrimonio sigue siendo una institución social cultural reconocida”, explica Marisa Graham, abogada especialista en derecho de familia.
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