Argentina en mitad de tabla de la región en la generación de «talentos»
Ni en el cielo ni en el infierno, en el limbo del talento. Allí se ubica la Argentina, según un informe del IAE Business School, que evalúa la capacidad de los países latinoamericanos para crear, desarrollar y retener a personas que aportan un valor extraordinario a su ámbito de desempeño.
El barómetro latinoamericano de talento elaborado por el Centro de Investigación Guía Laboral (Cigla) de la escuela de negocios posiciona a la Argentina país quinta entre diez naciones de la región a la hora de crear talento. La Argentina queda detrás de Chile -que obtuvo la mejor puntuación-, Brasil, México y Uruguay y por delante de Perú, Colombia, Bolivia, Venezuela y Paraguay.
‘La Argentina está en el grupo de los países principales, pero con otras políticas podría estar entre los tres primeros’, indica el director académico de IAE, Andrés Hatum, que hizo el informe junto a la investigadora Mariana Sartoris. ‘Hay que apostar a la política de talentos y generación de conocimientos para ser un gran país’, opina Hatum.
Según el académico, a pesar de las últimas crisis económicas, el país resiste sin decaer ‘porque sus instituciones académicas supieron ser fuertes y generar profesionales que se destacan acá y afuera’. La señal de alarma es que esos valores ya no son exclusividad de la Argentina. ‘Países como Chile están generando el ambiente adecuado para que el talento surja y llegue a su máximo potencial. No sólo se preocupa de tener índices económicos o fiscales ajustados sino de apuntalar instituciones educativas y el know how necesario para ser potencia y abrirse al mundo’, señala Hatum, y enseguida advierte que ‘un país puede ser generador de talento, pero también lo puede expulsar’.
El país, en detalle
Para elaborar el ranking se evaluaron seis categorías de información: demografía, sistemas educativos, apertura económica y atracción de la inversión extranjera directa, entorno laboral, entorno político y calidad de las instituciones, entorno económico y bienestar humano. Cada país fue valuado con un puntaje de 0 a 100 en cada ítem y en total.
En el ranking general, la Argentina quedó quinto, con 55,85 puntos, pero se destacó por la calidad de su sistema educativo. En esa área se ubicó segundo, muy cerca del Brasil, líder del segmento por la calidad de sus universidades y escuelas de negocios.
También quedó segundo en su capacidad de impulsar el entorno económico y bienestar humano. Es una buena noticia si se tiene en cuenta que se considera que a mayor bienestar hay más posibilidades de que el talento se desarrolle y no migre hacia otros entornos.
El peor desempeño lo obtuvo en tres categorías, en las que quedó en séptimo lugar. No le fue bien en el rubro de calidad de instituciones por su ‘endeble sistema de anticorrupción’.
Tampoco anduvo bien en el análisis del escenario económico y de atracción de inversión directa extranjera, un factor que ayuda a crear empleo y transferir conocimientos especializados. ‘Restan principalmente al puntaje general las altas barreras no arancelarias al comercio internacional. Entre las fortalezas del país se destacan su infraestructura para el transporte y comunicación orientada al comercio internacional’, dice el informe.
En cuanto a si el entorno laboral facilita o no el desarrollo de talento, el informe critica las ‘in?exibles regulaciones de la mano de obra’ que obstaculizan la creación de empleo y el crecimiento de la productividad. ‘El costo no salarial de contratar a un trabajador es alto, y despedir a un empleado puede ser costoso’, indica el estudio.
Uno de los mayores problemas de la región para producir talento es movilizar recursos financieros. ‘En la Argentina, el financiamiento fue la pata floja del crecimiento. Es necesario para que el talento emergente, la gente joven con ideas, pueda sacar su proyecto adelante’, dice Hatum.
Para los países que quieran desarrollar y atraer talento, el informe sugiere contar con un fuerte sistema de educación básica, técnica y universitaria, fomentar la inversión extranjera y garantizar derechos de propiedad y la libre competencia.Aconseja a las empresas la adopción de un enfoque global del mercado laboral, la garantía de condiciones de igualdad laboral, un entorno seguro y saludable, desarrollo económico, capacitación, ?exibilidad y remuneración al mérito.
fuente: lanacion.com.ar