12% de los jóvenes argentinos no estudia ni trabaja
En este rango, estudia y no trabaja el 42,7 por ciento en el Gran Córdoba y casi el 45 por ciento en el país. El resto se reparte entre quienes trabajan sin estudiar, entre quienes buscan trabajo (estudiando o no) y entre quienes hacen las dos cosas (ver infográfico).
Entre los adolescentes de 15 a 18 años de Córdoba, el 70 por ciento estudia, el 12 por ciento trabaja pero no estudia, el cinco por ciento hace las dos cosas, el tres por ciento, ninguna de las dos pero busca trabajo y el 10 por ciento no hace nada: no estudia, no trabaja y no busca trabajo.
Un joven de estas características es un problema en el presente y un problema a futuro. Ahora, porque el ocio y la falta de proyectos personales dejan al adolescente al borde de la violencia, del consumo de drogas o de problemas de salud mental.
A futuro, porque la falta de un patrón de referencia en la juventud –de estudio y/o de trabajo– fija comportamientos exclusivos y hasta inapropiados para toda la vida.
“Una persona que no tiene trabajo y sale del circuito de educación a una edad temprana, no va a poder resolver aspectos que tienen que ver con su identidad y subjetividad; pone a los jóvenes en situación de vulnerabilidad”, apunta María Elena Cordera, psicóloga de niños y adolescentes.
El trabajo de Daniela Cristina y Ariel Baraud del Iaraf indaga también la relación entre los ni-ni y el ingreso familiar. “Las cifras indicarían que a mayor ingreso familiar menor es la probabilidad de que el joven se encuentre sin cumplir la escolarización formal y/o inserto en el mercado laboral”.
Más pobres, más ociosos
Entre el decil más pobre de la población, el 36% de los jóvenes del Gran Córdoba no hace nada. En el quinto decil (sectores medios), el 15% está ocioso, mientras que en el nivel más rico, el 8% por ciento no hace nada.