En la ciudad de Buenos Aires ya hay más motos que en varias urbes del primer mundo
Los vehículos de dos ruedas protagonizan cada vez más siniestros viales, pese al descenso de los mismos.
Entre los autos, surcando el viento y esquivando baches, no hay embotellamiento que las detenga. Y muchas veces, tampoco hay señal de tránsito que lo haga. Por el constante caos de tránsito y las deficiencias del transporte público, cada vez más porteños prefieren moverse en moto: según la Asociación Argentina de Motovehículos (Mottos), uno de cada veinte vecinos ya se mueve en dos ruedas.
Pero el boom no es gratis, se calcula que uno de cada tres muertos en accidentes de tránsito conduce uno de estos vehículos. Mientras que la cantidad de choques mortales por año en la Ciudad bajó 42% desde 2007 (de 142 a 83, según datos de la Policía Federal), los que involucran motos aumentaron de 18 a 22. La situación preocupa tanto al Gobierno como a los propios moticiclistas que son en definitiva los que ponen el cuerpo.
Según Mottos, ya hay 150 mil vehículos de este tipo en la Ciudad. Solamente en los primeros once meses de este año, se vendieron 16.400 unidades, y el total acumulado desde 2009, asciende a 60.740. La Subsecretaría de Tránsito y Transporte calcula que cada día circulan por calles y avenidas unas 100 mil.
“La gente la elige porque tiene que llegar a tiempo al trabajo, y la moto se lo permite aunque haya paros o congestión”, explica Damián Szapkievich, Director Ejecutivo de Mottos. La comodidad es el primer factor, pero el segundo es la economía: los concesionarios calculan que el cliente promedio solamente necesita dos o tres sueldos para comprar una. Y el consumo de nafta es insignificante comparado con el de un auto.
Casi cerca del 25% de los que tramitan la licencia de conducir reprueba el examen (en el caso de los autos, solamente falla el uno de cada veinte). La causa es que en julio de este año se cambió la prueba práctica para hacerla más exigente. Pero el número muestra también que una buena parte de los motociclistas que sacaron el registro antes no está suficientemente capacitado para manejar en la Ciudad.
“Conducir una moto es más difícil que conducir un auto. Muchos motociclistas no tienen la capacidad de reacción adecuada o manejan imprudentemente, zigzaguean entre los autos o no respetan las señales”, señala el subsecretario de Tránsito y Transporte porteño Guillermo Dietrich.
Para el Gobierno el auge no sólo es inevitable, sino que puede ser beneficioso. “No hay que desincentivarlo porque desde el punto de vista del espacio público una moto es mejor que un auto: cinco motos ocupan el lugar de un solo coche. Es una buena alternativa para la congestión de la Ciudad; la bicicleta es mejor, pero para distancias más largas es lógico que se use”.
El primer desafío para contener los efectos adversos es concientizar a los motociclistas para que conduzcan prudentemente. Si bien en lo que va del año ya se retuvieron 390 licencias por no usar cascos, la idea es incrementar los controles en la zona céntrica el año que viene. Además, se seguirá con la política de zonas de detención exlusivas en los semáforos, como en la 9 de Julio.
Sin embargo, los motocilistas también se quejan de que los baches hacen que les cuesten mantener el equilibrio y que aumentan las posibilidades de chocar al esquivarlos. Un problema que afecta a todos los vehículos que circulan por la Ciudad: en septiembre el Ministerio de Ambiente y Espacio Público contabilizaba 5 mil pozos.
Otro aspecto a tener en cuenta es el estacionamiento. En el centro, donde las veredas son más estrechas, es usual ver filas de motos que impiden el tránsito peatonal. Por eso, se está evaluando reservar lugares especiales de estacionamiento para motocicletas en esa zona.
fuente: Perfil
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