Según un estudio privado, menos del 15 por ciento de los argentinos accede a un crédito bancario
Según el trabajo de la Universidad Católica Argentina, el 70% de los hogares pobres no tiene una cuenta bancaria y los créditos como porcentaje del PBI son menos de la mitad que en el resto de América Latina.
Según un estudio de la Universidad Católica Argentina, el 70% de los hogares pobres no tiene una cuenta bancaria y menos del 15% accede a alguna forma de financiamiento, mayormente para consumo.
El subdesarrollo del sistema financiero conspira contra una mayor oferta de financiamiento, destaca un artículo firmado por Lucio Castro y Paula Szenkman, director y coordinadora del Programa Integral Global de Cippec.
Los créditos como porcentaje del Producto Bruto Interno (PBI) son menos de la mitad que en el resto de América Latina (30% versus 65%) y los depósitos del sector privado como porcentaje del producto se ubican por debajo del 20% y son, en su mayoría, de corto plazo.
Los créditos como porcentaje del Producto Bruto Interno (PBI) son menos de la mitad que en el resto de América Latina (30% versus 65%) y los depósitos del sector privado como porcentaje del producto se ubican por debajo del 20% y son, en su mayoría, de corto plazo.
Los elevados niveles de inflación reducen los incentivos para ahorrar , sobre todo con tasas de interés reales negativas. Esto afecta a los hogares pobres al erosionar sus ingresos y sus excedentes para el ahorro. La ausencia de ingresos y activos financieros formales reduce las posibilidades de acceso al financiamiento formal de los hogares pobres. Además, los montos de los servicios financieros demandados por los hogares pobres son reducidos. Así, la rentabilidad no cubre los costos de administración y monitoreo para las instituciones financieras formales, en el segmento mayorista donde la escala es la clave.
Ambos elementos explican, en parte, la falta de presencia física de las instituciones financieras en las localidades más humildes . Los hogares pobres solo tienen acceso a financiamiento a través de canales informales de crédito, cuyas tasas de interés pueden triplicar las del mercado formal de crédito.
La economía del comportamiento o psicoeconomía identifica otras barreras para el ahorro en hogares pobres. Con una canasta de consumo dominada por bienes de primera necesidad, las familias más humildes suelen privilegiar consumos presentes en detrimento del ahorro . El ahorro suele ser líquido y cercano físicamente –en casa y “debajo del colchón”-, lo que aumenta las tentaciones para el consumo o el riesgo de robo.
Si bien una historia de alta volatilidad macroeconómica y crisis financieras dejó como triste legado una cierta alergia al sistema financiero, el acceso a servicios bancarios y financieros es una de las llaves para salir de la pobreza . El sistema financiero brinda instrumentos de ahorro y financiamiento que permiten realizar inversiones en activos reales, como la vivienda, pero también en capital humano, a través de la educación . Por otro lado, posibilita suavizar el consumo, y mitigar los potenciales impactos negativos de inesperados aumentos en el gasto o sorpresivas reducciones en los ingresos de las familias.
Luego de una década signada por el crecimiento económico y los programas universales de protección social, se abre el desafío de reducir la inflación, y diseñar novedosas herramientas financieras , para ampliar la inclusión financiera como un instrumento de mejora social y lucha contra la pobreza en la Argentina.
fuente: Mdzol
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