Un estudio estadounidense revela que un tercio de los pacientes con HIV sin techo padece «inseguridad alimentaria» grave
El trabajo de la Universidad de California, estima que la mitad de los pacientes tiene problemas para acceder alimentos seguros.
Un estudio realizado en Estados Unidos revela que las personas que viven con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y carecen de un acceso seguro a alimentos nutritivos son más propensas a tener complicaciones que las que se alimentan bien.
Los autores lo atribuyeron, quizás, a los medicamentos para el VIH o a que el acceso al tratamiento temprano no sería una prioridad para quienes no saben si volverán a comer.
La llamada inseguridad alimentaria también apuntaría a otros problemas subyacentes en las personas con VIH, como la pobreza, la enfermedad mental y las adicciones.
«La inseguridad alimentaria es un gran problema, pero cuando se tiene una enfermedad crónica, sólo la exacerba», dijo Seth Kalichman, psicólogo especializado en adherencia al tratamiento del VIH y acceso alimentario de la University of Connecticut.
Kalichman, que no participó del estudio, explicó que el hambre más el VIH, que deprime el sistema inmunológico, aumentan la susceptibilidad a otras enfermedades.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por su sigla en inglés) estiman que a fines del 2008 1,2 millones de adolescentes y adultos estadounidenses tenían VIH.
El equipo de la doctora Sheri Weiser, de la University of California, en San Francisco, entrevistó de manera regular a 347 personas con VIH sin hogar, que vivían en refugios u hogares temporarios.
Un cuarto había concurrido a un departamento de emergencias en los tres meses previos y el 11 por ciento había quedado internado. Un tercio padecía inseguridad alimentaria grave y más de la mitad tenía problemas para conseguir comida todos los días.
En los dos años siguientes, los participantes que no tenían certeza alimentaria o acceso a opciones nutritivas eran dos veces más propensos a ser internados que los que no padecían inseguridad alimentaria y eran un 70 por ciento más propensos a consultar una sala de emergencias, según publica el equipo en Journal of General Internal Medicine.
«Están tratando de conseguir comida todos los días y esto realmente afecta su adherencia al tratamiento. La búsqueda de comida supera la necesidad de recordar tomar los medicamentos», indicó Kalichman.
Weiser señaló también una relación sólida entre la enfermedad mental y la inseguridad alimentaria, además de los trastornos generales por la desnutrición. «Es evidente la necesidad de integrar mejor los servicios de alimentación y de atención de la salud», indicó.
Kalichman opinó que se necesitan más estudios sobre otras estrategias para acercar a las personas con inseguridad alimentaria, con o sin VIH, a los programas de asistencia alimentaria. Los autores insistieron en que esos programas deben seguir recibiendo financiamiento para asistir a los enfermos y los pobres.
«El acceso a la comida y la nutrición son fundamentales en nuestros esfuerzos para mejorar la salud de las personas con VIH-sida», dijo el doctor David Bangsberg, de la Facultad de Medicina de Harvard, en Boston, coautor del estudio.
«Recortar los programas alimentarios es una decisión poco inteligente cuando el costo de tratar a una persona con sida avanzado es muchísimo más alto que el de proporcionar una alimentación adecuada», finalizó Bangsberg.
fuente: Terra Noticias
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