Voto joven: en la Argentina, una experiencia en marcha desde más de 10 años y con poco interés
La provincia de Córdoba consagró en 1995 el voto de los chicos de 16 y 17 años y lo implementó cuatro años después para la elección municipal capitalina, aunque tuvo un resultado mucho menor al esperado.
Hoy, se reconoce que las autoridades fallaron en la campaña de difusión y concientización, mientras que los propios jóvenes admiten que hubo «falta de información y de interés» para sufragar.
El derecho cívico de los adolescentes de 16 y 17 años para elegir al intendente y a los concejales quedó consagrado en la Carta Orgánica Municipal en 1995, con el apoyo de los convencionales de todos los partidos políticos y sigue hoy vigente, aunque cada vez despierta menos entusiasmo en los jóvenes.
La experiencia del voto joven se puso en marcha en 1999, en la gestión del intendente radical Rubén Martí. El proyecto había sido promovido por el concejal radical Álvaro Ruiz Moreno, quien recordó que «en aquel momento se había bajado la edad de la punibilidad».
Al intentar explicar el desinterés de los jóvenes, Ruiz Moreno dijo que «el problema estuvo en la reglamentación», ya que las autoridades municipales «no estuvieron de acuerdo con hacer un padrón abierto y decidieron establecer un registro previo. Ese trámite no fue cumplido por los jóvenes».
El requisito de inscripción previa desalentó la concurrencia de los jóvenes a las urnas. Desde la contienda de 1999, los chicos registrados fueron disminuyendo paulatinamente y a la hora de votar, la cantidad cayó más aún.
En la elección municipal del 18 de septiembre de 2011, cuando resultó consagrado el intendente radical Ramón Mestre, se inscribieron poco más de 300 jóvenes, sobre un universo de 50.000. Pero, a la hora de votar, sólo lo hicieron unos 150.
«Hubo una combinación de factores. Influyó que el voto sea voluntario, que se requiera una inscripción previa y que hubiera una escasa o nula campaña de difusión», explicó el relator electoral del Tribunal Superior de Justicia, José María Pérez Corti.
«Si en el colegio secundario no se dan contenidos adecuados al ejercicio de los derechos políticos, es complicado que un joven de 16 años se acerque a votar», precisó.
También el presidente de la Junta Electoral Municipal y juez del fuero civil, Guillermo Laferriere, reconoció que «no hay gran interés de los jóvenes en aprovechar el derecho al voto». A su criterio, entre los 16 y los 18 años prima lo emotivo por encima de la racionalidad.
«Cuando uno acuerda derechos que no forman parte de reclamos o intereses, hay una cierta desidia en ejercerlos», explicó.
Hoy se estima que, de implementarse el voto joven en todo el país, en la provincia de Córdoba habría unos 128.000 menores de 18 años en condiciones de sufragar, lo cual representa un 4,8% del padrón.
fuente: La Nación
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