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La tercera parte de los jóvenes argentinos vive en hogares con planes sociales

La tercera parte de los jóvenes argentinos vive en hogares con planes sociales
Gerardo Young en el diario Clarín le da una dimensión estadística a la polémica por el proyecto oficialista que propone bajar la edad para que jóvenes de 16 años en adelante puedan votar. El impacto de la ayuda estatal en los eventuales nuevos votantes.
De aprobarse el proyecto oficial que pretende habilitar el voto de los jóvenes de 16 y 17 años, habrá 2,1 millones de nuevos posibles electores. La mayoría de ellos, casi 1,4 millones, son los que hoy tienen entre 15 y 16 años. A los de 17 les tocará por derecho adquirido, porque en un año serán ya mayores de edad. ¿Pero quiénes son esos jóvenes? ¿Quieren participar de la contienda electoral? La discusión acerca de la conveniencia de ampliar el voto joven, no deja ver, por ahora, a los verdaderos protagonistas: a los chicos. ¿O no es importante decir que un tercio de esos chicos viven en la pobreza ? ¿O que el 33,6 por ciento vive en hogares cuya subsistencia depende de planes sociales otorgados por los gobiernos?
La juventud, lógico, como cualquier grupo social, es heterogénea. Pero se la puede dividir en dos grandes subgrupos, la de los que están, o no, dentro del sistema . Las estadísticas, incluso las oficiales, dan cuenta de la magnitud de la brecha social, de la desigualdad: según el Censo 2010, el 18,6 por ciento de los jóvenes de entre 15 y 17 años no va al colegio . Es decir que hay 389.506 chicos que podrán votar, eventualmente, pero ya saben que no tienen las mismas oportunidades que sus contemporáneos. 
Aníbal Fernández es uno de los coautores del proyecto que llegó a la comisión de Asuntos Constitucionales del Senado el jueves 23 de agosto, junto a otro proyecto que pretende ampliar el derecho al voto para los ciudadanos extranjeros residentes (serían 1,3 millones más de electores). En los argumentos se dice que se busca “ampliar derechos” de “aproximadamente dos millones de jóvenes”. Y se dice, textual: “ El aliento brindado a la Señora Presidenta por miles de jóvenes… nos convencen de la necesidad de modificar la edad mínima requerida para votar”. Es decir que Aníbal admitió que es el supuesto aliento juvenil al gobierno el que motiva el proyecto. El miércoles de esta semana, en declaraciones públicas, fue algo más cuidadoso y dijo que “la mitad de los jóvenes estarían” interesados en ir a las urnas, sin hablar del oficialismo. “Nadie tiene la vaca atada”, agregó.
¿Pero es cierto que la mitad de los jóvenes tiene ganas de ir a las urnas? En realidad no hay, hasta ahora, ninguna encuesta sobre el amplio universo de los sub 18. O al menos ninguna terminada , según contaron en consultoras oficialistas, como en el CEOP de Roberto Bacman. Lo que hay son inferencias, basadas en la buena performance que tuvo el Gobierno entre los jóvenes en 2011, donde habría conseguido más apoyo que en el promedio de la población. La misma lógica –creer que lo va a beneficiar– pareció empujar a Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gabinete porteño, que el viernes apoyó la extensión del voto joven.
Mientras tanto, los adolescentes pelean por un lugar en el mundo. El Observatorio Social de la UCA, que cruza datos propios con los del INDEC, detectó que en 2011 el 36,8 por ciento de los jóventes de entre 13 y 17 años vivía en hogares bajo la línea de la pobreza . De esos chicos se habla cuando se los invita a votar. Y hay más: el 9,8 por ciento es indigente, es decir que en su casa no alcanzan a acceder ni siquiera a la canasta básica de alimentos. Además, el 8,8 por cientojamás se hizo un control odontológico . Y el 43,4 por ciento no tiene cobertura de salud (obra social o prepaga) por lo que depende exclusivamente de los hospitales públicos. Acaso el dato más inquietante sea, de todos modos, que el 33,6 por ciento vive en casas donde subsisten gracias a planes sociales (nacionales o provinciales),un porcentaje de dependencia -no son planes universales- que viene en aumento: era del 30 por ciento en 2007 (Ver infografía ).
¿Están preparados los adolescentes para votar? La duda fue planteada por distintos especialistas y por algunos dirigentes opositores, como el diputado Eduardo Amadeo, quien puso sobre el debate el bajísimo nivel de lectura de la juventud. En la última evaluación PISA, que mide la calidad educativa del mundo, se detectó que el 51 por ciento de los estudiantes argentinos de 15 años “tiene dificultad para inferir información básica , comprender la idea principal o establecer relaciones entre conceptos dentro de un texto”. Esos son los chicos que empezarán a votar el año próximo. Por supuesto, eso no es determinante para evaluar la capacidad para votar, ni puede censurar la voluntad de nadie. Pero hay más voces especializadas que cuestionanla maduración de los chicos . Daniel Arroyo, director de Poder Ciudadano y ex ministro de Acción social bonaerense, sostiene: “Una parte de los adolescentes ha recuperado su vínculo con la política y la idea de que a través de la participación se construye futuro, pero la mayoría se encuentra desenganchado de lo público ”. Según Arroyo, “la mayor parte tiene poca expectativa sobre las instituciones”.
fuente: Clarín

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