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Análisis: el peso de la industria automotriz en la producción fabril argentina

Análisis: el peso de la industria automotriz en la producción fabril argentina

Javier Lewkowicz en el diario Página/12 sostiene que, si se toma el volumen total de lo producido por la industria argentina se refleja una caída del sector que tiene una contrapartida de leve crecimiento si se excluye el rendimiento de las terminales automotrices. La dependencia con el mercado brasileño.

El sector automotor tiene un importante peso en el indicador industrial global, al que traccionó al alza durante los últimos años y, por el contrario, en 2012 lo viene empujando hacia abajo. En el primer semestre, el estimador mensual industrial que confecciona el Indec registró una caída de 0,6 por ciento con estacionalidad. Si se excluye al sector automotor, la actividad manufacturera muestra un avance del 2 por ciento. Esa variación, de todos modos, es menor a la que evidencia en años previos la industria sin considerar a los autos. Sin embargo, realizar la distinción entre el rendimiento industrial con y sin la producción de las terminales permite comprender mejor la dinámica manufacturera, al aislarla de un sector cuyos vaivenes están muy vinculados con la demanda de Brasil.
El sector automotor tiene un peso de 7,3 por ciento en el indicador industrial medido en términos de ventas físicas. En la medida en que los vehículos tienen un alto contenido importado, que resulta difícil de calcular para el conjunto de la industria aunque diversos analistas advierten que ronda entre el 70 y el 80 por ciento del auto, su peso en una medición que refleje valor agregado industrial sería menor. Ello no quiere decir que la industria automotriz esté aislada del resto del entramado manufacturero nacional, ya que tiene fuertes vínculos con la siderurgia, la metalmecánica y segmentos de la industria del plástico. Sin embargo, la conexión es, en general, relativa, de ahí la insistencia del gobierno nacional en impulsar una mayor integración de partes nacionales, que permitiría reducir el déficit comercial del sector.
Según los datos de la UIA, en enero la industria en general creció 2 por ciento, aunque, al excluir a los autos, el avance se eleva a 3,7 por ciento. Ese mes, la producción de vehículos bajó 9,6 interanual. Febrero fue el único mes donde la tendencia favorable para los autos de años previos se replicó. El índice global avanzó 3,7, aunque sin los autos la suba se redujo a 0,4 por ciento, ya que la producción en las terminales creció 21,2. En marzo el alza de la actividad manufacturera fue de 1,9, aunque si se descuenta la caída de 5,1 en autos, el resultado pasa a ser un avance de 3,1 por ciento. En abril el dato global fue de -3,7, pero sin la merma de 23,1 de vehículos hubiera sido de 0,5 por ciento. En mayo, la caída se reduce de 5,3 a 1,7 de no contar con la baja de 21,2 en autos.
En el semestre, calcula Abeceb.com, la caída de 0,6 por ciento en la medición con estacionalidad pasaría a un avance del 2 por ciento al no tener en cuenta el resultado de los autos, que acumuló una merma de 14,2 por ciento. En efecto, el panorama industrial es heterogéneo. Alimentos (2,8 por ciento), tabaco (4,3), papel y cartón (2,1), edición e impresión (4,3), química (5,9), metálicas básicas (3,6) y metalmecánica (0,7 por ciento) muestran resultados positivos. Además de autos, bajaron textil (-1,8), siderurgia (-1,7) y caucho y plástico (-0,2 por ciento).
La situación fue diferente años atrás, cuando los autos crecieron muy por encima del promedio. Si se excluye la producción de las terminales automotrices, en 2010 la industria hubiera crecido 6,6 por ciento en lugar del 9,7 por ciento registrado por el EMI del Indec. Ese año la producción de autos subió un 40 por ciento, con rendimientos positivos pero mucho menos pronunciados en el resto de la actividad industrial.
La recaída de los últimos meses de 2011 en la producción de autos, que en noviembre se estancó y en diciembre bajó un 20,8 por ciento, afectada fundamentalmente por las menores ventas en Brasil, hacia donde se dirigen el 80 por ciento de las exportaciones de las terminales locales, hizo que disminuyera su tracción sobre el crecimiento industrial. El total subió 6,5, mientras que la industria sin autos lo hizo en un 5,2 por ciento.
Según datos del Ministerio de Economía, entre 2003 y 2008, previo al estallido de la crisis global, la industria creció a un promedio anual del 8 por ciento. En ese período, 3,7 puntos fueron aportados por la producción de autos junto a la metalurgia, mientras que 4,3 puntos se explicaron por el resto de los sectores. En 2010, del crecimiento de 9,7 en la industria, 8,2 puntos vinieron dados por autos y metalurgia y sólo 1,5 punto el resto.

fuente: Página/12

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