Buenos Aires es la provincia argentina con más presión tributaria
Tener una actividad económica en Buenos Aires, la Capital Federal (CABA), Córdoba, Tucumán o Misiones es más costoso desde el punto de vista tributario que hacerlo en otras jurisdicciones del país como Chaco, Corrientes o Río Negro. Este punto, nada desdeñable a la hora de decidir en qué lugar hacer una inversión, tiene que ver con la mayor alícuota que cada gobernación cobra en concepto de Ingresos Brutos, gravamen que explica el 75% de la recaudación propia de cada provincia.
El dato de la presión fiscal en cada jurisdicción surge de un estudio elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), que analizó la alícuota que se cobra a grandes empresas en cada provincia, sobre las 10 principales actividades económicas. El tema no es menor, ya que el gran peso de Ingresos Brutos es una de las razones por las que la Argentina tiene una presión tributaria tan alta.
«Es el único impuesto provincial que incide sobre la actividad económica. Además, es muy distorsivo y casi en ningún país existe uno tan malo», comenta Sofía Devalle, investigadora del Iaraf y una de las autoras del estudio «Una radiografía de la carga tributaria provincial sobre la actividad económica previa a los aumentos de 2012», junto con Nadin Argañaraz, Carlos Eraso y Paloma Carranza.
Mediante la figura de un semáforo, el trabajo muestra cuáles son las jurisdicciones que más veces aparecen como las más caras para determinadas actividades. Si bien no existe una que sea la más costosa en todos los casos, sí pueden extraerse algunas generalidades. «Por caso, aquellas que mayor cantidad de veces ocupan los puestos de la presión tributaria más elevada son Buenos Aires y CABA, para 7 y 6 de los sectores analizados, respectivamente», se detalla. «Le siguen Catamarca y Córdoba, con cuatro rubros. Tucumán y Misiones, por su parte, aparecen con tres», se agrega.
En comercio, donde se toma un promedio del minorista y mayorista, la provincia de Buenos Aires aparece como la más cara, con una alícuota de 4,2%. «Segunda está Córdoba, con una alícuota general de 4 por ciento. Mientras que en tercer lugar están Catamarca y Neuquén, con 3,5%, y cuarta CABA, con 3,3 por ciento», especifica Devalle. «Los más bajos son Río Negro, con 1,8%, y Chaco y Jujuy, 1,9 por ciento», acota.
En intermediación financiera (bancos, seguros y tarjetas de crédito), CABA y Buenos Aires tienen la alícuota más alta. El promedio entre los tres rubros que integran esta actividad es de 5,8 y 5,6%, respectivamente. La que les sigue es Tucumán, con 5,4%. «Es una enormidad, porque este impuesto se cobra sobre el total de los ingresos, sin tener en cuenta el resultado del negocio», comenta Marcelo Corti, socio del estudio impositivo de Damonte, Nicolini, Bertazza y Asociados.
En el otro extremo, las que tienen la alícuota más baja son Santiago del Estero (1,5%), Formosa (1,9%) y La Rioja (2,2%). Devalle apunta que la carga fiscal no sólo afecta a la empresa que paga el impuesto, sino que a la larga impacta en el consumidor, que termina pagando mayor tasa de interés al pedir un crédito o productos más caros. Además, según Víctor Fabetti, del estudio Fabetti & Bertani, hay que tener en cuenta el efecto cascada, porque Ingresos Brutos grava a la industria, al mayorista y al minorista, con lo que carga mucho al precio final que paga el ciudadano.
En el caso de industria en extraña jurisdicción, otro ítem clave en la actividad económica, CABA y Córdoba vuelven a destacarse, con 4% de alícuota, seguidos por San Juan y Santa Fe, con 3,1%, y Buenos Aires, con 3%. En la otra punta, aparecen Río Negro (1%), La Pampa, Corrientes y Tierra del Fuego (todas con 1,4%). «Esto es importante porque la mayoría de las industrias tienen actividades en otras provincias», destaca Argañaraz, director del Iaraf. «Este sería por ejemplo el caso de Arcor, que produce en Córdoba, pero vende en todas las jurisdicciones», indica.
En industria local, Misiones, Catamarca y Tucumán son las más caras, con 2,9%, 2% y 1,8%, respectivamente. «Aquí Misiones se dispara porque grava muy fuerte a la industria pastera, con una alícuota de 6%, por eso el promedio le da alto», indica Devalle. Las que menos presión ejercen en este rubro son Chaco, Corrientes, Entre Ríos, La Rioja, Salta, San Juan, San Luis y Santa Fe, porque están eximidas en este caso del pago del impuesto.
En el sector agropecuario, Tucumán vuelve a ser la más cara, con 1,4%, mientras que Buenos Aires y CABA eliminaron en 2009 la exención que fijó el pacto federal de 1993 y comenzaron a cobrar ingresos brutos al agro, con un alícuota de 1%. El mismo valor recaudan Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Salvo Jujuy, que cobra 0,9%, y La Pampa, 0,8%, el resto de las provincias exime al agro de esta carga..
fuente: La Nación
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