Cada vez son más los chicos pobres que van a escuelas privadas

¿Escuela pública o privada? La elección de las familias argentinas durante los últimos años se volcó más hacia la segunda alternativa, según indica un trabajo de SEL Consultores en base a la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC. A su vez, destaca que en las clases bajas este fenómeno tuvo todavía mayor incidencia.

El análisis global indica que entre 2003 y 2010 la proporción de los que concurren a escuelas públicas bajó 2,3% en todo el país , mientras que la de los que van a privada subió 3,6%.

Pero lo más llamativo, dice el informe, es que este comportamiento fue más intenso en los hogares de menores ingresos. La asistencia a establecimientos privados de la población en edad escolar de ese sector creció más del 55%. Y en la escuela primaria el aumento fue aún mayor: 75%.

Según SEL Consultores, esta realidad tiene que ver con “algunos déficits aún no resueltos por la escuela pública: la cantidad efectiva de horas de clase y la seguridad de los chicos , entre otras causas”. También habla de “un contexto de baja calidad de la educación pública, como lo prueban los resultados de las pruebas internacionales PISA y SERCE”.

¿Pero es efectivamente mejor en lo académico la educación privada que la pública? Según dijo a Clarín Ernesto Kritz, director de SEL, no hay una respuesta concluyente en este sentido: “En las pruebas de evaluación no se discriminan los resultados entre uno y otro sistema. No sabemos realmente si hay mejores resultados en las privadas que en las públicas”.

Para Héctor Gertel, especialista en economía de la educación de la Universidad Nacional de Córdoba, hay además otra explicación en el aumento de la matrícula en las privadas: “Hubo un fuerte incremento de la matrícula en el jardín de infantes. Esto es porque más mujeres tienen oportunidades de trabajo y deben dejar a sus hijos. Ahí el sistema privado tiene un peso importante”.

Kritz agregó que “la elección familiar parece tener que ver con cuestiones que exceden lo estrictamente académico y que se vinculan con temas como un mejor nivel de disciplina y de asistencia de los docentes que se pueden encontrar en una escuela privada. En las escuelas públicas, en cambio, hay mayor indisciplina y el nivel de inasistencia de los maestros es muy alto”. Remarcó además que “no todas las escuelas privadas son lo mismo. Hay diferencias entre las parroquiales y evangélicas y las inglesas, por poner un ejemplo”. Y agregó que “la gran mayoría de la población de clase baja que envía a sus hijos a colegios privados se ubica en el segmento de colegios religiosos, con aranceles muy bajos –por un subsidio estatal alto– y en los que consiguen becas”.

Para Perpetuo Lentijo, titular de la Asociación de Entidades Educativas Privadas Argentinas (ADEEPRA), “no hay un traspaso de la educación pública a la privada. Lo que existe una elección más temprana por la educación privada por el temor a no conseguir vacantes después. Las escuelas están al límite de su capacidad”. También consideró que “el mejoramiento en las condiciones de vida permiten a muchas más familias optar por la educación privada”.

Pero las escuelas privadas no siempre corren con ventaja con respecto a las públicas. Según un trabajo publicado en 2011 por Unicef y Flacso, la discriminación alcanza cotas más altas en el sistema privado, con más casos de violencia, maltrato, acoso y hostigamiento entre compañeros, que las escuelas públicas. Las burlas y el maltrato resultan más frecuentes entre estudiantes de nivel económico-social alto que entre los de menores recursos.

Si bien el vuelco de la población argentina hacia la escuela privada es un fenómeno que se dio en todo el país en los últimos años, en 2010 la Ciudad y la provincia de Buenos Aires revirtieron levemente esa tendencia . En Capital, la población de los colegios públicos aumentó el 1,4% en 2010, según datos oficiales, contra el 0,3% de crecimiento de la matrícula de los privados. En la Provincia, las públicas incrementaron el 3% la cantidad de alumnos y las privadas, 0,5%.

Como conclusión, el trabajo de SEL Consultores marca como elemento a rescatar de los últimos años “el aumento del financiamiento educativo a más del 6% del PBI. En 2010 el gasto en educación superó los 90.000 millones de pesos. Este es probablemente el esfuerzo más importante realizado desde el Estado en una perspectiva a largo plazo de inclusión social”. Pero luego marca: “Es una condición importante, pero todavía hay un largo camino por recorrer”.