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Tres de cada cuatro argentinos dicen no ganar lo que necesita

Tres de cada cuatro argentinos dicen no ganar lo que necesita
La economía y la realidad social vuelven a mostrar caminos divergentes. El 72,7% de los hogares dice que gana menos de lo que necesita para subsistir. El umbral de pobreza subjetiva se amplió, empujado por mayores aspiraciones de consumo y un ingreso que crece, pero no le gana a la inflación. Solo 7% de las familias vive con la canasta del Indec», surge de una encuesta que hizo el Centro de Economía Experimental (CERX).

De ahí surgió que «los elevados niveles de crecimiento de la economía argentina, no parecen suficientes para mejorar la situación social, habida cuenta de se registra una brecha promedio de 34% entre el ingreso recibido y el necesario para cubrir sus gastos básicos», explica el estudio privado.

La Encuesta de Percepciones de Pobreza y Bienestar realizada por CERX durante el primer semestre de 2010 detectó que «el monto mensual promedio que requieren los hogares relevados para subsistir ronda $3.511, frente a $2.620 que actualmente reciben». Mientras que «sólo 6,9% de los hogares dice que puede subsistir con la canasta valorada por el Indec».

Frente a 2009, la percepción de pobreza subió 2,6 puntos (de 70,8% a 72,7%).
A su vez, en términos de percepción de pobreza, el 58,1% de la población relevada dice sentirse igual que el año pasado, el 22,2% se siente más pobre y 19,8% menos.

Causas relacionadas a la macroeconomía

La aparente inconsistencia entre la percepción de las familias de deterioro de su restricción presupuestaria y el fuerte repunte que experimentó la actividad económica en comparación con los bajos índices de la primera mitad de 2009 obedecería a diversos factores concurrentes.

En primer lugar observan los técnicos de CERX que » la aceleración inflacionaria de este año impide materializar las mejoras nominales de ingresos en mejoras reales , generando percepción de empobrecimiento. Se suma la frustración de recibir aumentos y al poco tiempo comprender que ese mayor ingreso no posiciona mejor que antes al hogar, sino que solo ayuda a sostener el estado previo».

En segundo término, menciona el estudio que «las expectativas inflacionarias
empujan a muchos hogares a ampliar su canasta de consumo como parte de la estrategia para ganarle a los precios. Una vez que la canasta se amplió, intentan sostenerla, y la toman como referencia para marcar su nueva canasta de subsistencia. Algo similar sucede con las mejoras nominales de ingresos».

Adicionalmente, agregan que «el consumo financiado creció sostenidamente en los últimos meses, volcándose muchas familias a las opciones de mediano y largo plazo, pese a que sus previsiones o expectativas de ingreso son de corto plazo. Esto, en principio parece ventajoso, porque se cree estar ganándole a los precios, pero resulta un limitante en muchas familias si sus ingresos reales no evolucionan o se retrasan según lo previsto».

fuente: infobae.com

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