En la ciudad de Buenos Aires crecen las denuncias por amenazas entre vecinos
El hostigamiento y las amenazas son dos de las figuras vinculadas a un clima de crispación en el ámbito porteño: sólo entre 2008 y 2009, el primero aumentó un 150%, tras pasar de 1287 casos a 3.266, tendencia que se mantiene hasta hoy porque en los primeros seis meses de 2010 se registraron 1.700 denuncias, 413 casos más que en todo 2008.
Los casos de hostigamiento crecen con el malhumor y el estrés urbano y se cristalizan en actitudes molestas entre vecinos donde no hay una amenaza explícita de por medio. Hombres que asedian a mujeres, vecinos que maltratan físicamente a otros, situaciones en las que alguien se refiere de forma intimidatoria a otro.
Pero las amenazas, que sí constituyen un delito penado con entre dos y seis meses de prisión, también trepan año a año. Crecieron el 17% entre 2008 y 2009, de 8.274 casos a 9.668, tendencia que también se siente en lo que va de este año con unos 4.600 casos, aproximadamente, en donde los fiscales tuvieron que intervenir.
Así lo refleja un artículo publicado hoy por el diario Perfil.
“Los vecinos buscan cada vez más resolver los conflictos por sus propios medios ante la falta de presencia del aparato estatal”, sintetiza Germán Garavano, fiscal general de la Ciudad y ensaya sobre un futuro gris, que dice querer combatir: “Lo que más preocupa es la falta de presencia del Estado, porque es difícil dar vuelta esta tendencia”, agrega.
¿Cuáles son los barrios donde los vecinos están más nerviosos? Balvanera, San Nicolás, Monserrat, Constitución, San Cristóbal, Recoleta y Almagro registran los mayores niveles de denuncias por cuadra de amenazas y hostigamientos. No sólo eso, la zona de Microcentro también es el foco de mayor densidad de otros delitos más graves en los que intervienen las fiscalías porteñas, como daños, usurpación y lesiones en riña.
La explicación que conjeturan los fiscales es que el malestar de los vecinos es un buen termómetro de otros ilícitos más graves. “Esta falta de respeto por el otro es uno de los múltiples elementos que inciden en que los habitantes incurran en delitos mayores; tenemos casos de hostigamiento que han terminado en tentativas de homicidio”, reflejan desde el Ministerio Público Fiscal.
La generación de ruidos molestos también crece: según la agencia de Protección Ambiental, Buenos Aires es la cuarta más ruidosa en el mundo, después de Tokio, Nagasaki y Nueva York. El daño a bienes ajenos es algo que cualquiera puede comprobar en la calle: representa el 21,4% de todos los delitos que llegan a los fiscales y refleja una tendencia bien porteña, que analiza Garavano: “En otras ciudades crecen otros delitos vinculados a la propiedad, como el hurto o el robo, pero acá hay una falta de apego a la ley que se ve en la violación de las normas menores que nunca se ha penado”.
nota completa: diarioperfil.com