Guillermo Oliveto: «El 90% de la gente responde que pertenece a la clase media»
–Para 2009 se preveía que iba a ser un año malo para el consumo como consecuencia de la crisis financiera global…
-Con una cantidad de elementos complejos, puede decirse que 2009 fue prueba superada. Muchos hablaban que, ante tanta crisis, sequía, gripe A, proceso electoral y otros factores, el consumo crecería en una banda entre cero y 2%. Y el año cerró con un alza del 1,5%. La sociedad leyó bien el escenario e interpretó que si bien había una crisis grave, esta no iba a ser como en 2002, que sólo había que ajustarse. La premisa de la gente fue no perder la calidad de consumo que había recuperado después de 2002. Por eso el mix se mantuvo igual: las marcas premium, primeras y segundas marcas explicaron las tres cuartas partes del consumo, igual que en 2008. Y este es un fenómeno extraño, al igual que la venta de autos, porque mirando a la distancia a 2009 habrá que correrlo del análisis y hacer un stand by con 2008 y enganchar la serie con este 2010.
–¿Y la inflación?
-Es un factor importante que carcome el poder adquisitivo, un factor que complica la vida cotidiana de la gente. Pero hay un elemento relevante para la vida de los argentinos y eso es la carne. Creo que es el producto que instala las subas de precios y está claro que los argentinos pueden quedarse sin muchas cosas, pero sin consumir asado los domingos, psicológicamente es lo peor.
–¿Cómo ha quedado la clase media frente a este contexto?
-El tema de la clase media es muy controvertido. Cuando se hacen consultas, el 90% de la población responde que es de clase media. Y esto está ligado con el origen de la Argentina como país. Por caso, en la década de 1970, la distancia entre los ingresos del 10% más pobre contra el 10% más rico era tan sólo de 12 veces y estamos en 30 veces. Y eso no fue hace mucho tiempo; tan sólo una generación y media nos separa. En la memoria cultural quedó eso, de que todos somos de clase media y vino la crisis de 2002, año en el que la sociedad se fragmentó mucho más. Hoy una canasta de esa clase social está en alrededor de $ 3.500 mensuales por familia. Pero, ojo que todo no se reduce a los ingresos. Una familia puede llegar a ese nivel de gasto o estar por debajo de él, aunque con educación de clase media. Es una definición socioeconómica. En consecuencia, en la pirámide social está la clase top, integrada por el 5% de la población y otro 25% que es la base y está por debajo de la línea de pobreza. El restante 70% puede ser clase media alta, típica, media baja y recuperada. La Argentina es un país que tiene impreso en sus genes eso de ir siempre hacia arriba, ascendiendo en la escala social.
–El gobierno kirchnerista, ¿tiene buen o mal marketing?
-Diría que muy malo por la enorme disociación de ese 7% de la gente que dice que al país le va bien o muy bien y el 43% que sostiene que a ellos le va bien o muy bien. Hay un margen de 36 puntos. Y me parece que al país no le ha ido mal, ya que creció un 63% en los últimos siete años. Es probable que le pudo haber ido mejor, pero no tenemos un plan de largo plazo y eso creo que es lo que va a definir la elección de 2011. Es lo que reclama la gente. Es como que hay una sensación térmica de 5º y una temperatura de 20º. Esa brecha es mal marketing o comunicación en la política, ya sea por un problema de tono o de formas de decir las cosas o sobre cómo abordar ciertos temas. El conflicto con el campo fue un error que marcó a este gobierno. El maltrato del término «bicentenario» otro, porque debería estar relacionado con consensos y para mirar hacia adelante. Haber estropeado eso fue una mala decisión.