Sólo 3 de cada diez alumnos argentinos tienen internet en su casa
En Argentina 20 millones de personas usan Internet, hay 12 millones que tienen Messenger y 5 millones usan la red social Facebook. Sin embargo, de los 18 millones de alumnos solamente el 30 por ciento tienen acceso en sus casas. Y menos de la mitad de las escuelas están conectadas, la mayoría (el 60%) no tiene banda ancha sino acceso por teléfono. Los números de la conectividad son sensiblemente menores en las escuelas públicas: uno de cada cuatro establecimientos tienen acceso, mientras que en las privadas la relación es uno cada dos.
La educación dejó ya hace treinta años de ser un factor propiciador de la movilidad social y la desigualdad se instaló en las escuelas, pese a las múltiples reformas educativas ensayadas. Esa brecha entre excluidos e incluidos está marcada hoy por la escuela a la que asisten, el barrio en el que viven, la música que escuchan, las lecturas que tienen, y cada vez más definida por las formas de acceso a las nuevas tecnologías.
Los especialistas hablan de dos nuevas brechas que se abrieron a partir de la universalización de Internet: los que acceden desde sus casas y los que lo hacen desde un ciber o en computadoras no propias y, por otro lado, la velocidad de la banda ancha que usan.
Argentina está además rezagada con relación al resto del mundo. Un abonado residencial puede llegar a tener dos megas o tres megas nominales con un abono de unos 30 dólares al mes, mientras que en París por menos acceden a diez megas y en Corea del Sur a sesenta. Es decir que las respuestas a las búsquedas de un estudiante argentino van a llegar siempre más tarde que a un francés o un coreano.
Así las cosas, la frontera de la exclusión se va ampliando. El investigador de la Universidad de San Andrés Alejandro Artopoulos señala que hace unos años la distancia era entre quién tenía o no correo electrónico. Hoy la frontera está más en relación con quiénes acceden a banda ancha de más de un mega. “En Uruguay se están planteando hacer un plan nacional de acceso a la banda ancha de bajo costo, un triple play popular, mientras que acá discutimos los beneficios del Estado de bienestar en la sociedad industrial, en un debate pre era de la información”.
nota completa: diarioperfil.com.ar