El avance de la soja compromete la economía doméstica de los argentinos
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La soja y los productores que dependen de ella, este año están de festejo. No sólo porque esperan para esta campaña una producción que alcanzará un nuevo récord histórico, sino que este cultivo se encamina a cumplir 60 años desde que comenzó a diseminarse con fuerza a lo largo y ancho del país.
En efecto, si bien para parte de la sociedad argentina es un alimento relativamente nuevo, los primeros ensayos con el “yuyito” en la Argentina datan de fines del siglo XIX. Pero fue a partir de la década del ´60 cuando, con el comienzo de la experimentación genética, se convirtió en un cultivo viable.
Y su crecimiento fue explosivo: en 1961 por primera vez la soja rompió el techo de las 10.000 toneladas, en 1989 superó las 10 millones y hoy ruralistas y pooles de siembra esperan traspasar las 52 millones, un nivel sin precedentes.
En ese largo camino que recorrió el poroto, mucha agua corrió bajo el puente para el país. Y la soja no fue la excepción: pasó de ser un cultivo exótico procedente de China a, nada más ni nada menos que el salvavidas para hacer frente al agujero fiscal durante las últimas dos administraciones.
Sin embargo, así como su fuerte expansión en la Argentina le dio argumentos para convertirse en la gran “vedette” del agro, también pasó a ser duramente castigada en la era Kirchner, ya que continuamente se señaló al efecto de la “sojización” como el factor responsable de la caída en los niveles de producción de alimentos 100% estratégicos y claves para la mesa de los argentinos, como la carne, el trigo y la leche. E incluso, hasta hizo retroceder al cultivo de algodón, insumo fundamental para la industria textil.
Y así fue como la soja pasó a ser, al menos en los discursos oficiales, la enemiga pública número 1 a la hora de explicar el fenómeno inflacionario que tanto golpea los bolsillos de los consumidores, considerando que las distintas consultoras locales ya le pusieron un piso del 20% para 2010.
En efecto, a la hora de explicar la explosiva suba de precios de los alimentos que tuvo lugar el último mes, como fue el caso de la carne o los lácteos, desde distintos ministerios y hasta desde el propio Poder Ejecutivo, se le apuntó a los productores que se volcaron a la soja para aumentar su rentabilidad, cuya producción en un 95% se destina al exterior, en detrimento de otras commodities cuya relación es totalmente inversa.
La “sojización”, ¿causa o consecuencia?
En diálogo con iProfesional.com, Pablo Adreani experto en agronegocios y director de la consultora Agripac, sostuvo que “No nos podemos sorprender que falten vacas o no crezca la industria lechera, porque las políticas produjeron rentabilidad negativa en estos negocios y generaron que miles de productores liquidaran sus stocks”.
“Si a los productores les ponen trabas para producir carne, leche y trigo, es muy simple, se pasan a la soja, que desde hace años tiene una demanda firme de China y una rentabilidad espectacular”, recalcó el experto.
nota completa: iprofesional.com