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Según estudio español, los infartos suceden entre las 10 y las 11 y a las 19

Según estudio español, los infartos suceden entre las 10 y las 11 y a las 19
Así lo asegura un estudio español del Departamento de Operaciones del Servicio de Emergencias de Madrid (Samur), que fue publicado en el semanario Medicina Clínica.
A las 10 de la mañana y al atardecer, cerca de las 19, son los dos horarios en que se producen más infartos de miocardio. 
El estudio se basa en los datos de 709 pacientes que fueron atendidos entre el 1 de enero de 2001 y el 31 de diciembre de 2009, y apoya los resultados de la investigación que, en 2005, realizaron especialistas argentinos del CONICET, el Hospital Ramos Mejía, la Universidad Nacional de Entre Ríos, y la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
El trabajo español, a cargo de María Cristina Barneto Valero, del Samur, y finalizado en 2011, indica que existe una relación entre los ritmos circadianos –que constituyen el reloj biológico, para seguir un ciclo regular que se repite cada 24 horas y que coincide con los estados de sueño y vigilia– y los llamados por infarto recibidos por el servicio de emergencias. Es decir, “el infarto de miocardio presenta ritmo circadiano”. Así lo explica el documento: “Los diferentes ritmos biológicos se reproducen en torno a la duración de su período. Hablamos así de ‘ritmo circadiano’ en aquellos cuya duración es igual o superior a 20 horas o inferior a 28. Ritmos internos que poseen una duración análoga a la del día. En ellos se producen una serie de ajustes que permiten adaptarnos mediante sincronizadores al período dominante en el medioambiente, como día/noche, luz/oscuridad, etc., e incluso reproducirlos en ausencia total de referencias externas medioambientales.”
El estudio local, basado en 1063 casos y dirigido por el investigador del CONICET y Director de Docencia e Investigación de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Católica Argentina Daniel Cardinali, indica que “los resultados apoyan la existencia de dos picos (en horario de mañana y tarde) en la incidencia de infarto de miocardio en la población argentina y uruguaya”. En el mismo sentido, el trabajo madrileño detalla que “la curva muestra dos picos: una con su máximo a las 10:39, y otro, menos pronunciado, por la tarde, alrededor de las 19”.
La constancia de los datos apunta también a los ritmos circadianos como principal desencadenante de los procesos y, como ejemplo, los autores mencionan que por la mañana la sangre es más viscosa y aumentan “los valores plasmáticos de fibrinógeno e inhibidores del plasminógeno”, lo que provoca un estado de “hipercoagulabilidad”. En ese horario hay una mayor segregación de catecolaminas (neurotransmisores) y se produce el cambio postural –de acostado a levantado.
Se ha visto, incluso, que el patrón obtenido se altera con muy pocos factores. No se altera con los factores de riesgo, ni con la hipertensión arterial, la diabetes, el tabaquismo, la edad o el género de quien lo padece. Sí funciona como excepción que “los casos con diabetes presentan el pico de menor amplitud más tardío y los casos de tabaquismo invierten el pico máximo de incidencia, siendo el pico vespertino de mayor amplitud que el matinal”, pero no se da una tendencia fuera de esos horarios.
“Esto tiene una importancia enorme en cuanto a la prevención y la medicación, para ver a qué hora hay que estar más preparado. Se sabe, por ejemplo, que algunos de los eventos moleculares que predisponen a que el corazón esté más sensible a un daño tienen un pico durante la mañana”, explicó a Tiempo Argentino Diego Golombek, investigador del CONICET y director del Laboratorio de Cronobiología de la Universidad Nacional de Quilmes.
“Casi todos los eventos cardiovasculares presentan un pronunciado ritmo circadiano, con mayor frecuencia en la mañana, cuando los pacientes retoman la postura erguida y empiezan sus actividades, y una relativo menor riesgo durante el sueño”, detalla el estudio de especialistas argentinos. En diálogo con este diario, Cardinali sugirió: “Este estudio fue el primero en identificar un segundo máximo de aparición de infarto en la tarde, unas 12 horas después del de la mañana, lo que sugiere una estructura hemicircadiana (ritmos de períodos de 12 horas) del riesgo. Los argentinos debiéramos tomar precauciones para que una sociedad enervante y alterada como la nuestra no se cobre por estrés nuestras vidas en el regreso al hogar, esquivando un piquete o con terror a ser sometido a una entradera.”

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