Caso Nisman: La muerte del fiscal disparó las consultas psicológicas
Los turnos crecieron un 15 por ciento en pacientes con trastornos de ansiedad y ataques de pánico.
La muerte del fiscal Alberto Nisman conmocionó a la población. La noticia paralizó a algunos, potenció la sensación de desprotección en otros, causó temor en quienes no lo habían sentido hasta ahora e instaló la idea de haber cruzado un límite sin retorno.
Con los días, las idas y venidas informativas sobre la investigación judicial aumentaron la confusión y no hicieron más que reforzar la incertidumbre y el descreimiento social en las instituciones.
En las ocho sedes del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (Ceeta), por ejemplo, aumentaron un 15% las consultas de pacientes con predisposición a la ansiedad generalizada y trastornos de pánico respecto del mismo período del año pasado. En la Institución Fernando Ulloa, un centro de psicoanálisis abierto a la comunidad, el tema se impuso en los tratamientos por sobre cualquier conflicto personal. Y hasta se cuela de manera informal en el tiempo libre de los profesionales.
En el Ceeta, los pacientes con trastornos de ansiedad, en especial el de pánico, o predisposición a padecerlos hablan de una sensación de desamparo, visión negativa del futuro, catastrófica, sin justicia, que los pone en un estado de alerta constante.
Para que haya un trastorno de ansiedad, el peligro debe superar la capacidad individual de afrontamiento, según resumió Martín Gomar, psicólogo y director de la Fundación Equipo de Terapia Cognitiva Infantojuvenil.
Los especialistas se enfrentaron a un obstáculo terapéutico de sentido común. «Nos encontramos con que no podemos discutirles el problema que desencadena la crisis -señaló Martínez Castro-. Sólo podemos tratar los síntomas porque es cierto que estamos más desprotegidos.»
fuente: La Nación