La Argentina se queda afuera del fenómeno de las multilatinas
Existe una liga empresaria que crece con fuerza en la región: las multilatinas. Se trata de empresas que nacieron en algún país latinoamericano, pero que lograron expandirse en por lo menos dos continentes y globalizar sus operaciones con marcas, industrias y estrategias de carácter local en cada país en el que desembarcan.
Los datos son elocuentes. Sólo cuatro firmas argentinas: Techint, Arcor, Bagó e Impsa, aparecen dentro de las 50 firmas relevadas por la revista América Economía para su ránking de multilatinas. Chile (11), México (15) y Brasil (27) tienen, en cambio, cada vez más posiciones dentro del total y entre las tres naciones suman 53 empresas de un total de 66.
La situación es mucho más que una foto.
‘En la Argentina, no hay una legislación que promueva o que brinde beneficios o apoyo a sus multilatinas para operar en el exterior. No hay un instrumento de promoción en el que se faciliten las operaciones’, destaca Bernardo Kosacoff, economista de la Universidad de San Andrés y ex director de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
En Brasil, en cambio, existe el Banco de Desarrollo (BNDES), que brinda líneas de financiamiento para que las empresas puedan alcanzar un desarrollo en el exterior e, incluso, se promueve la idea de una burguesía verde amarelha con proyección global.
‘En nuestro país tampoco existe un organismo local de promoción, salvo la Agencia Nacional de Desarrollo de Inversiones (ProsperAr), que pasó a funcionar como una subsecretaría de la Secretaría de Comercio y Relaciones Económicas Internacional de la Cancillería’, agrega Kosacoff.
El analista coincide con cerca de diez compañías medianas entrevistadas por El Cronista We en que la falta de líneas de financiamiento claras y mayor apoyo de la Cancillería local y de los embajadores para facilitar el desarrollo y expansión sería otra de las figuras clave para revertir la tendencia.
Balanza de inversiones
Ignacio Aquino, socio de Corporate Finance de PriceWaterhouseCoopers, refleja con su opinión una de las razones que es un secreto a voces: ‘El problema en la Argentina es que existen pocas reglas del juego claras a futuro, por eso el país ya no es una oportunidad tan atractiva como lo fue en otras épocas. Actualmente está en quinto lugar a nivel regional en el ránking de inversiones extranjeras, cuando en algún momento supimos ser los primeros’, concluye.
Las justificaciones que esgrime Aquino son varias: faltan incentivos para invertir, existen miedos y riesgos adicionales por políticas inestables y tampoco hay muchos jugadores globales con la celeste y blanca. La falta de financiamiento y el acotado mercado de capitales completan un combo que lleva a las empresas argentinas a no tener el capital suficiente al momento de expandirse.
‘Muchas veces la falta de financiamiento a largo plazo en estadios competitivos limita su expansión hacia otros países’, agrega Aquino.
Además, la dificultad para acceder al capital se genera por la ‘remanida’ falta de acuerdo con el Club de París, entre otras razones, agregan los especialistas.
‘El manejo de las estadísticas nacionales, la poca previsibilidad, las falta de reglas de juego claras son otros factores políticos que afectan las decisiones e inversiones de las empresas’, de acuerdo a las más de diez empresas relevadas por El Cronista We para este artículo.
En el mismo sentido, Manuel Solanet (h), socio de Infupa, cree que en la Argentina se estuvo respetando poco la inversión y el retorno esperado por éstas. ‘Cuando Venezuela decidió estatizar a la siderúrgica Sidor de Techint, la Argentina la defendió más o menos, más bien la defensa fue para asegurarse de que le paguen lo que valía. Si llega a pasar eso con una empresa brasileña, allá harían todo más escandaloso’, describe Solanet.
En Brasil existen créditos para empresas grandes, mientras que acá sólo existen para Pymes. ‘En la Argentina por la discrecionalidad del Gobierno, las empresas tienen miedo y se quedan calladas por temor a que se tomen medidas más inconvenientes’, agrega.
La búsqueda de soluciones para potenciar el devenir de multilatinas made in Argentina tampoco parece sencillo.
Arcor, con ventas proyectadas por u$s 3000 millones este año; Techint con ingresos superiores a los u$s 18.000 millones en el mundo; Impsa con proyectos de generación de energía eléctrica a nivel global y Bagó, dentro de la industria farmacéutica aparecen como una excepción a la regla.
Fernando Fragueiro, profesor de Dirección General del IAE Business School, está convencido de que en la Argentina se han ido probando diferentes modelos y no ha funcionado ninguno. ‘Ni el banco de desarrollo, ni los mercados de capitales. Entonces tenemos en el país un mercado muy acotado y, además, hay que agregarle el tema del riesgo país’.
Brasil, Chile, Perú, México han alcanzado el nivel de investment grade, que sirve para atraer inversiones y traer fondos.
Para Fragueiro, se percibe una ‘falta de estrategia de largo plazo que está acompañada de reglas de juego inestables, mientras que todo proceso de desarrollo empresarial requiere planeamiento de largo plazo’. Se trata de inversiones que maduran con los años y de decisiones que requieren reglas claras y estables.
Aunque nadie lo hace desde el on the record, la mayoría de los analistas coincide en que la última disputa entre el Gobierno y Techint por el nombramiento de un director de la Anses en la mesa chica del holding de los Rocca, demuestra que la mira no está puesta hoy en ‘la estrategia de generar grandes holdings, sino en la ideología al momento de liderarlos’, admiten por lo bajo.
Hay países que, en cambio, buscan potenciar la tendencia de las multilatinas de un modo diferente. ‘Chile intenta conquistar más inversiones extranjeras, mientras Brasil apunta más a fomentar el de-sarrollo de las empresas locales’, agrega Fragueiro.
La tierra de Dilma Rousseff tiene desde hace 17 años reglas de juego en una sola dirección, aunque también cuenta con complicaciones por la falta de coordinación que existe en sus reglas de tarifas. ‘Esto provoca una gran ineficiencia en la negociación entre los distintos estados’, señala un ejecutivo argentino que cerró varios deals en Brasil.
México es el segundo país más atractivo de la región después de Brasil. Tiene las ventajas y los inconvenientes de estar conectado al mercado americano, y que, a su vez, sufrió mucho la última crisis económica, pero que está empezando a crecer de a poco.
Perú aparece como una nueva estrella en la región que viene creciendo a altas tasas. Muchas empresas están viendo para invertir en ese país que hoy está abierto a los capitales aunque siguen de cerca cuál será la estrategia del recientemente electo Ollanta Humala al momento de mantener la apertura o ir hacia un modelo más similar al de los Kirchner en la Argentina.
Quién es quién en la pelea
‘Acá no facilitan las cosas, sino que la experiencia demuestra que en el último tiempo te abren y te cierran las expos e impos según les conviene para mantener el equilibrio de la balanza comercial’, comenta el presidente de una multi made in Chile refiriéndose a la Argentina.
Julio Pueyrredón, socio Business & Corporate Law de PriceWaterhouse Coopers, agrega que ‘Uruguay, Chile y Brasil han seguido una línea histórica que se respetó siempre independientemente del gobierno de turno’.
‘En cambio nosotros tenemos la tendencia histórica de ir cambiando según la necesidad de cada momento y eso es terrible, porque hace que sean inviables los negocios y que no haya seguridad jurídica’, avanza Pueyrredón. Y agrega: ‘Si uno ve el nivel de crecimiento de otros países alrededor nuestro y ve el nuestro, indudablemente, algo está mal, porque países más chicos como Perú o Uruguay crecen a tasas más altas’.
Los grandes grupos tienen la posibilidad de sentarse en la mesa chica con el Gobierno para tratar de definir planes de crecimiento en beneficio de la empresa y del país.
‘Decir que el gobierno argentino no defiende a sus empresas no sé si es válido porque tiene muchos argumentos para decir que sí las defiende con políticas de cierre a las importaciones para proteger la industria nacional’, afirma Dante Sica, director de Abeceb.com, aunque admite que el BNDES cuenta, inclusive, con un programa de internacionalización de las empresas brasileñas que apalanca su expansión.
Pero la pelota no la tienen sólo los gobiernos. En el país hay 908 entidades, entre asociaciones y cámaras, según indica un relevamiento del IAE. Siete de ellas representan los intereses de 83 bancos y 103 es el promedio de miembros por cada cámara. Se repiten las misiones, objetivos y funciones pero cada vez tienen menor impacto.
‘La fragmentación que se vive en nuestra sociedad se replica entre los empresarios. Los números son elocuentes: en la Argentina no existe una ley nacional de cámaras’, cierra Guillermo D´Andrea, profesor del IAE Business School y responsable de la investigación del Foro de CEOs sobre el tejido empresario argentino.
fuente: El Cronista
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