Por día, 15 personas se suman a la población de las villas porteñas
La ocupación de tierras porteñas, que ostentan una de las cotizaciones más altas de la Argentina, la suma de territorios y la explotación inmobiliaria son los objetivos que persiguen grupos organizados que explotan la necesidad de la falta de vivienda, según coinciden autoridades políticas y judiciales. La apuesta de máxima de los usurpadores es hacerse de un terreno; la de mínima, conseguir un subsidio del Estado para desalojar el lugar.
Esa lógica extorsiva ha derivado en que una superficie importante de la Capital haya sido ganada por las ocupaciones de tierra. Desde diciembre pasado, las tomas masivas cesaron, pero avanza la ocupación en varias villas porteñas, y persisten, por ejemplo, las intrusiones en las veredas de Riestra, entre La Fuente y Portela en Flores.
En Villa Soldati, unas 20 unidades de material son hoy el resabio de la gran toma del Parque Indoamericano, que dejó tres muertos, en diciembre pasado.
En Retiro, a pesar de que la Justicia prohibió la entrada de materiales de construcción en las villas 31 y 31 bis, las obras siguen a un ritmo febril: las casillas ya llegan hasta las terminales de la estación de ómnibus de Retiro y se transformó en permanente la ocupación de los laterales de las calles que atraviesan el asentamiento más antiguo de la ciudad, linderas con la estación del ferrocarril San Martín; de ahí el nombre del nuevo asentamiento.
También en Chacarita se extendieron las tomas de tierras. Hace casi un mes, un grupo de familias que vivían en el asentamiento que está a la vera del ferrocarril Urquiza, que no es urbanizable, se «mudó» a un galpón vacío y se niega a desocuparlo.
Al parecer, la extensión se habría producido por una pelea interna en la villa que se formó al costado de la vía, que no puede ser regularizada en ese lugar. Las 30 familias que salieron perjudicadas en esa puja se establecieron en uno de los galpones desocupados en terrenos del ferrocarril.
El asentamiento Los Piletones, cuya referente social más destacada es Margarita Barrientos, sumó varias cuadras. Según Barrientos, en el último año y medio se anexaron dos nuevas manzanas.
«Existe una necesidad de vivienda, pero hay mafias que se aprovechan y alquilan tierras o casillas a gente desesperada», explican en el Ministerio de Desarrollo Social porteño.
En Los Piletones, un alquiler de una pieza puede costar entre 400 y 600 pesos. En cambio, en El Playón de Chacarita, puede variar entre los 800 y los $ 1000, por la zona donde están ubicados.
«En la ciudad, las ocupaciones no se hicieron por una necesidad de viviendas. Hubo un claro objetivo de anexar territorios, con un fin inmobiliario y de poder», opinó el fiscal general adjunto, Luis Cevasco.
La usurpación está tipificada como delito en el Código Penal. El artículo 181 dice: «El que por violencia, amenazas, engaños, abusos de confianza o clandestinidad despojare a otro, total o parcialmente, de la posesión o tenencia de un inmueble o del ejercicio de un derecho real constituido sobre él, sea que el despojo se produzca invadiendo el inmueble, manteniéndose en él o expulsando a los ocupantes […] será penado con entre seis meses y tres años de prisión».
Cevasco explica que, si la Justicia no llega en el momento en que se puede comprobar la violencia o la clandestinidad, ya no puede tipificarse como ese delito.
Aumento del 52,3%
Desde 2001, la población en villas y asentamientos en la ciudad creció el 52,3 por ciento, según el último censo de población, realizado en octubre. A pesar de que no hay un dato oficial sobre la cantidad de personas que se instalaron en la ciudad desde diciembre de 2010, fuentes oficiales confirmaron que el crecimiento es sostenido.
El censo de 2001 registró 107.422 personas que viven en villas, mientras que en 2010 ese número trepó a 163.587. Esos guarismos dan como resultado unos 469 nuevos habitantes por mes, es decir, 15 por día. Desde diciembre, la ciudad sumó unas 4000 personas que usurpan terrenos.
Las villas que más crecieron en superficie y población son las del Sur. Entre la 1-11-14 y la 21-24, suman 55.755 personas. Las villas 31 y 31 bis, que no paran de extenderse hacia los costados y hacia arriba, cuenta, según el último censo, con 26.492 habitantes.
En la Legislatura porteña, se aprobó el año pasado un proyecto para urbanizar las villas 31 y 31 bis. Sin embargo, uno de los requisitos es que la cantidad de habitantes sea estable.
fuente:lanacion.com