La Argentina es el cuarto exportador de formatos de televisión del mundo
La Argentina es el cuarto exportador de formatos de televisión del mundo. Sin embargo, como bien lo expresa el coordinador general del Consejo Asesor de TV Digital, Osvaldo Nemirovsci, sólo cuatro empresas productoras palermitanas dominantes en el mercado producen la mayoría de los contenidos. La distorsión no acaba con la “nacionalización” de la producción palermitana, sino que incluye la invisibilidad casi absoluta del resto del país en Buenos Aires.
Sólo a veces, el interior aparece pero en forma de noticia catástrofe o violenta, paisaje turístico o exótico, para la observación extrañada del publico porteño. Detengámonos un momento a pensar en el verdadero drama cultural que significa para un país tan extenso y diverso como el nuestro que el relato dominante sea formulado por la forma de pensar, de actuar, de manifestarse de una ínfima elite radicada en el barrio de Palermo. ¿Es posible sostener sin rubores que desde allí sólo pueda definirse la Argentina? No parece ser sustentable en términos culturales ni económicos ni políticos.
Se hacen necesarias entonces políticas públicas federales que den lugar a las expresiones genuinas de todo el país y empoderen a la sociedad civil en la apropiación legítima de su propio relato; que promuevan capacidades locales, que impulsen el desarrollo de un nuevo mercado interno de la televisión para efectivamente desconcentrar el negocio, y con ello garantizar la formulación de un nuevo modelo comunicacional en la Argentina.
Allí se inscribe el programa de Polos Audiovisuales Tecnológicos, impulsado por el Consejo Asesor del Sistema Argentino de Televisión Digital Terrestre y puesto en marcha por el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios que preside el ministro Julio De Vido. Esta iniciativa cumple con la ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual en su artículo 53, el cual indica que el Ejecutivo nacional “deberá adoptar medidas destinadas a promover la conformación y desarrollo de conglomerados de producción de contenidos audiovisuales nacionales para todos los formatos y soportes, facilitando el diálogo, la cooperación y la organización empresarial entre los actores económicos y las instituciones públicas, privadas y académicas, en beneficio de la competitividad”.
Coordinados a través de las universidades nacionales nucleadas en el Consejo Universitario Nacional (CIN), son creados los siguientes nueve polos según proximidad geográfica, afinidades socioculturales y potencialidades productivas: Bonaerense (provincia de Buenos Aires); Centro (Córdoba, San Luis y La Pampa); Cuyo (San Juan, Mendoza y La Rioja); Litoral (Entre Ríos y Santa Fe); Metropolitano (CABA y conurbano); NEA (Misiones, Formosa, Chaco y Corrientes); NOA (Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca,); Patagonia Norte (Neuquén y Río Negro); y Patagonia Sur (Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego).
Los polos trabajan sobre cuatro ejes estratégicos: tecnología, investigación y desarrollo, capacitación y el plan piloto de producción de contenidos. El Ministerio de Planificación está realizando una fuerte inversión equipando con estudios de televisión en cada polo. Como no sólo basta con “fierros”, sino que es preciso contar con saberes y habilidades, el programa fomenta la capacitación y la actualización de perfiles técnicos y artísticos tanto como promueve la investigación y el desarrollo de nuevos formatos, públicos y mercados.
Con el fin de conocer las posibilidades de producción contenidas en cada región del país, se realizó un Plan Piloto de Testeo y Demostración de las Capacidades Instaladas, por el cual los nueve polos produjeron 90 horas en 31 ciclos periodísticos con impronta federal, diversidad temática y calidad.
Sin contenidos no hay televisión. Pero con los mismos contenidos de siempre, va a haber siempre la misma televisión. Sólo con la creación de un mapa auténticamente federal para la producción audiovisual que quiebre el centralismo capitalino y permita la generación de una red sin un centro o, mejor dicho, con muchos centros en igualdad de condiciones, va a haber contenidos distintos y una tele distinta. Y con ella la configuración de un nuevo paradigma de impacto territorial, económico, social y simbólico configurando un nuevo espejo donde mirarnos como sociedad y como Nación.
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