Los habitantes de las megaciudades latinoamericanas reclaman por la inseguridad, piden mejores servicios y sufren más el clima
Según un relevamiento del Banco Interamericano de Desarrollo, Ciudad de México, San Pablo y Buenos Aires son consideradas urbes de gran tamaño; Bogotá y Lima van camino a serlo.
Las cinco mayores ciudades del continente fueron analizadas a finales del 2013 mediante una encuesta de opinión pública realizada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para conocer la percepción que tienen los ciudadanos acerca de la calidad de vida, las necesidades de infraestructura urbana y los estándares de los servicios públicos, de la cual se ha dado a conocer un informe preliminar.
Según la síntesis publicada por el Centro de Documentación INTAL (CDI) del BID, de las cinco ciudades encuestadas, tres son consideradas megaciudades (Ciudad de México, San Pablo y Buenos Aires) y dos se convertirán pronto en megaciudades (Bogotá y Lima).
El documento publicado plantea que “las ciudades de más de 10 millones de personas, o megaciudades, se han convertido en los puntos focales del desarrollo latinoamericano. Estas juegan un rol clave en la innovación, concentración de la mano de obra especializada, desarrollo de actividades económicas dinámicas y provisión de servicios de educación, cultura y recreación”, en tanto que América Latina “es la región en desarrollo con mayor tasa de urbanización en el planeta. Hoy, la población urbana en la región representa más del 82% del total y se espera que este porcentaje alcance 90% en el 2050. En consecuencia, las ciudades de la región muestran una importante concentración de la actividad económica”.
El crecimiento acelerado de estas urbes impone “importantes desafíos de sostenibilidad ambiental y social: altos niveles de desigualdad, desempleo, inseguridad, contaminación ambiental y servicios públicos deficientes. A su vez, los eventos climáticos extremos son cada vez más comunes y acrecientan la vulnerabilidad de las ciudades, en especial, la de las poblaciones más desfavorecidas. Además, la vida urbana acelera el proceso de cambio climático: las ciudades, en conjunto, son responsables del consumo de más del 75% de la energía distribuida y de la generación de entre 75 y 80% de los gases de efecto invernadero. Todos estos desafíos afectan y afectarán la calidad de vida de sus habitantes”.
Para realizar el estudio se adaptó la metodología desarrollada por la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles del BID (ICES), un programa de asistencia técnica que busca ayudar a ciudades intermedias de América Latina y el Caribe en la identificación, priorización y estructuración de proyectos para mejorar su sostenibilidad ambiental, urbana y fiscal.
La encuesta permitió detectar cuatro grandes grupos de preocupación en estas ciudades, a saber:
1) Los habitantes de los centros urbanos de América Latina demandan mayor transparencia y participación.
2) Para los habitantes de las ciudades encuestadas pertenecientes a la clase media, la calidad del transporte afecta considerablemente su calidad de vida al ser estos los que más utilizan los medios de transporte públicos.
3) El acceso universal a servicios básicos de agua, saneamiento y electricidad sigue siendo un tema pendiente para las clases económicas bajas en las megaciudades de la región.
4) La mayoría de los habitantes de las ciudades encuestadas consideran que los efectos del cambio climático los afecta directamente.
El problema de la seguridad encabeza la lista de preocupaciones principales de cuatro ciudades, y es el tercero en Lima, mientras que el problema del transporte urbano aparece entre las cinco preocupaciones principales en todas las ciudades, excepto en México, donde recién ocupa el lugar número doce.
La versión en español de este informe preliminar puede obtenerse en:www10.iadb.org/intal/intalcdi/PE/2014/14108es.pdf
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