En un año se duplicaron los robos a bancos argentinos

Según el Banco Central, en el primer semestre de 2012 hubo 28 golpes, contra los 13 que se registraron en en igual período de 2011.

Los golpes duran menos de dos minutos y participan como mínimo cuatro hombres armados. En general los cometen los lunes entre las 12 del mediodía y las tres de la tarde. Y cada vez se aseguran botines más grandes –se llevan, al menos, 50.000 pesos promedio–, con una frecuencia creciente.

Este es el perfil de la mayoría de los robos a bancos que se registraron en todo el país en el primer semestre del año, un período en el que se duplicó la cantidad de casos ocurridos respecto al mismo lapso del año pasado: de enero a junio de 2012 hubo 28 asaltos a sucursales bancarias de todo el país, mientras que en los primeros seis meses de 2011 se habían producido 13 episodios.

Según un documento del Banco Central al que Clarín tuvo acceso exclusivo, de los 28 golpes ocurridos en el primer semestre de este año, 25 fueron de los llamados exprés: duraron entre 40 segundos y un minuto 45 .

El robo a bancos se concentra básicamente en la ciudad de Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires, en más de un 80 por ciento. La zona norte del Conurbano fue la más afectada: sufrió 7 casos .

El horario preferido por los asaltantes para dar los golpes en el primer semestre del año fue entre las 12 del mediodía y las tres de la tarde: en esa franja se registraron 21 robos .

La mayoría de los golpes fueron en días lunes. 

Por la cantidad de robos rápidos que se venían dando, en febrero de 2008 el Central obligó a todos los bancos a colocar vidrios altos en las cajas. Pero la norma recién entró en vigencia en febrero de 2010.

Hasta la implementación de esa norma, los asaltantes entraban a los bancos, saltaban el mostrador, apuntaban a los cajeros y se llevaban el dinero. Las líneas de cajas sólo estaban autorizadas a tener 5.000 pesos en las sucursales y 25.000 en las casas centrales.

“Levantando los vidrios en las líneas de cajas, el Banco Central intentó proteger un poco a los empleados. Pero en realidad generaron que los golpes sean más violentos , porque no obligaron a los bancos a poner vidrios blindados. Entonces, en muchos casos, los ladrones rompen los vidrios o le apuntan a algún cliente para que el cajero les abra la puerta”, le explicó a Clarín el abogado Héctor Muzzio, ex gerente de seguridad del Banco Central y técnico superior en Seguridad Pública.

La nueva norma del Banco Central también liberó a los bancos para que cada sucursal pueda disponer del dinero que quiera en las cajas . Por eso no es casualidad que los botines hayan crecido. En 11 de los robos de este año los ladrones escaparon con entre 100.000 y 500.000 pesos ; en ocho, con entre 10.000 y 50.000; y en cinco, con entre 50.000 y 100.000.

fuente: Clarín