Mirada: ser católico hoy en la Argentina, en América y en el mundo
En el día de la Evangelización de América, en honor a San Francisco Solano, los católicos en nuestro país y en la región muestran la vigencia de las creencias de la Iglesia entremezcladas con múltiples percepciones y costumbres propias de mujeres y hombres del siglo XXI.
Más del 17 por ciento de la población mundial fue bautizada de acuerdo a los ritos de la Iglesia Católica: son alrededor de 1.200 millones de personas que, aunque muchas no se reconozcan como tales, tuvieron su bautismo y se transformaron en «hijos de Dios».
Sin embargo, los bautizados no siempre se reconocen como católicos: por ejemplo, en España, menos del 75 por ciento de los bautizados reconoció ser católico y menos del 60 por ciento no asiste a las distintas celebraciones religiosas.
Las principales comunidades de católicos se encuentran en Europa y en América; en América Latina, sólo en Brasil hay 140 millones de practicantes de la fe católica.
En nuestro país, el número de católicos va en constante retroceso: en 2008 presentábamos en nuestro sitio una encuesta (1) realizada por varias universidades nacionales que revelaba que el número de católicos argentinos disminuyó un 14 % en los últimos 48 años. En 1960, la cantidad de seguidores era de un 90.4%. En cambio, en la actualidad es de un 76%.
Pese a este retroceso, aún advertimos en millones de argentinos rasgos de pertenencia a las prácticas y creencias incorporadas por aquella evangelización promovida por la Iglesia a partir de la llegada de los conquistadores al continente americano.
Un ejemplo: en marzo de este año presentamos una investigación de la Universidad Abierta Interamericana (UAI) (2) que, para sorpresa de muchos, mostró que los argentinos se definen como religiosos, altruistas y poco preocupados por la belleza física y por el dinero. Es decir que, pese a observarse prácticas cotidianas que muchas veces dan cuenta de una «desevangelización» de la población, su percepción es aún de pertenencia al catolicismo.
Por otra parte, cuando nos sumergimos en el universo de la consideración por la dirigencia en general (política, económica, social, etc.) justamente es el terreno en donde las instituciones de ayuda, muchas de ellas de raíz católica, mantienen un lugar de privilegio. De acuerdo a los resultados de la Encuesta de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (3), dichas instituciones encabezan la consideración popular: casi el 60 por ciento de los argentinos las considera como organizaciones creíbles, contra menos del 20 por ciento en cuanto al gobierno, 11 por ciento para los sindicatos y menos del 7 por ciento para los partidos políticos. Esto se da en un contexto global en el cual tanto la dirigencia política, empresarial como la religiosa, entre otras, sufren las consecuencias de un deterioro en su reconocimiento social (4)
En el día de la evangelización de América se pone de manifiesto el entrecruzamiento de múltiples visiones en torno a lo religioso pero que convergen en un mismo plano. Dicho contexto es el del sincretismo religioso y social que conviven en Europa, que se extiende a América (sobre todo en la América Latina) y que toma forma propia en la Argentina.