En la Argentina, sólo el 10 por ciento de los chicos concebidos por «ovodonación» sabe su origen
Lo reveló una encuesta a mujeres que fueron madres con esta técnica. Dicen que temen provocarles a sus hijos “un daño psicológico” o “que se sientan distintos”.
Las parejas se desesperan cuando ven que pasa el tiempo y el bebé no llega. En esos momentos darían cualquier cosa por tener un hijo. Hoy, la ciencia puede darles una mano a través de los tratamientos de fertilización asistida. Los que pueden recurren a alguna de las técnicas disponibles y logran concretar el sueño que parecía imposible. Pero, después, todo eso queda en el olvido, o guardado en el arcón de los secretos.
Y el chico nunca se entera de su verdadero origen genético. Porque hay técnicas de alta complejidad en las que se recurre a la donación de semen, óvulos y hasta embriones. Los especialistas coinciden en que es un tremendo error mantener una mentira con el propio hijo. Sin embargo, es lo que ocurre. Un estudio reciente demostró que sólo una de cada diez parejas le cuenta sus hijos cómo fueron concebidos.
Para tener una idea sobre el fenómeno de la fertilización asistida, en Argentina cada año 10.000 parejas se someten a distintos tratamientos.
El 20% son por ovodonación (donación de óvulos de otra mujer). Se estima que el 40% culmina de la manera más exitosa: con un bebé nacido vivo. Es decir, anualmente en el país ya nacen 800 bebés gracias a esta técnica.
El Centro de Estudios de Ginecología y Reproducción (Cegyr) encargó una encuesta sobre “Actitud hacia la Ovodonación” a Opinaia, que se contactó con 115 mujeres que habían sido madres de esta manera entre 2000 y 2008. “Queríamos saber qué pasaba con los padres con respecto a si revelaban o no a sus hijos el modo de concepción. Es el primer estudio que se hace de este tipo en Latinoamérica. Y la verdad, los índices resultaron muy bajos”, explica a Clarín Sergio Papier, director del Cegyr.
Sólo 9 de estas mujeres les habían contado la historia completa a sus hijos. Entre las razones por las que hablaron, se lee: “No me parece bueno tener un secreto así con mi hijo”; “Porque es un derecho del niño”; “Porque no sería bueno para nuestro vínculo que se entere accidentalmente o por teceros”. El trabajo también indagó entre aquellas que optaron por el silencio. Algunos de sus argumentos: “Porque yo soy su verdadera madre, entonces no le veo el sentido a contarle”; “Por temor a producirle un daño psicológico”; “Por temor a que considere que no soy su verdadera madre”; “Para evitar que se sienta distinto de otros niños”.
“Antes de someterse a cualquier tratamiento, hablamos mucho con los padres sobre la importancia de la verdad. En ese momento están de acuerdo con contarles todo al hijo, de hecho el 80% dice que se lo va a contar antes de los 10 años, pero después, se olvidan y temen que las cosas se estropeen en la familia”, dice a Clarín el psicólogo Darío Fernández, coordinador del Comité de Bioética del Cegyr, que recomienda contarle la verdad al chico desde que nace, para que lo viva como algo natural. “Se lo puede traer al centro y explicarles que allí hubo gente que los ayudó a que naciera. No hay que hablar de biología, hay que ser natural ”.
Desde Concebir, una ONG dedicada a estos temas, también recomiendan ir con la verdad. “¿Cómo enseñarle a decir la verdad y a no mentir si le ocultamos su origen biológico-genético? ¿Cómo mirarlo a los ojos si sabemos que se está ocultando una parte de su historia que le es desconocida? –se preguntan las piscólogas Silvia Jadur y Constanza Duhalde–. Las técnicas de fertilización asistida, la donación de gametas, son formas diferentes de lograr que un niño nazca y crezca en una familia. Sólo diferentes.
La diferencia la sienten más los padres que el propio hijo.
Si un hijo se siente seguro, querido, cuidado, acompañado y los padres están contentos de compartir una nueva vida con él, verlo crecer día a día, el modo de su concepción sólo le parecerá un dato más, para entender quién es y ser feliz en su familia”. Jadur y Duhalde ya escribieron tres libros para la colección “Así fue como llegaste”, son sobre fertilización asistida, donación de óvulos y de espermatozoides.
Fernández habla de ocho estudios internacionales ya publicados que se hicieron entre personas que habían nacido gracias a la donación de semen: “Todos dijeron que les hubiera gustado saber la verdad. La voz que siempre hay que escuchar es la de los chicos”.
fuente: diario Clarín