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En diez años, cayó a la mitad la concurrencia a los bingos de la ciudad de Buenos Aires

En diez años, cayó a la mitad la concurrencia a los bingos de la ciudad de Buenos Aires
Los bingos de la Capital están en decadencia: los concesionarios de las cinco salas sostienen que desde 2001 hasta hoy cayó hasta la mitad la concurrencia de los apostadores y admiten que por esta razón adeudan 70 millones de pesos a Lotería Nacional en concepto de canon.
Los administradores de los bingos que en la década del 90 florecieron por la ciudad ocupando, en su mayoría, salas de cine quebradas, argumentan que la caída del público se debe, fundamentalmente, al boom de las máquinas tragamonedas, que son furor en el Hipódromo de Palermo, en el Casino Flotante de Puerto Madero y en los bingos del conurbano. Para los empresarios, sólo la habilitación de máquinas tragamonedas, hoy prohibidas en los bingos porteños, sería la salida que evitaría su debacle total, ya que cada bingo pierde por mes unos 400.000 pesos.
«Acá, por ejemplo, hace cuatro años recibíamos unas 2000 personas por día, mientras que hoy el promedio diario de apostadores es de 700. Trabajamos con un cuarto de la sala. Por eso cedimos una parte del salón para que construyan cuatro locales a la calle, ya que se nos hacía muy cuesta arriba pagar el alquiler», dijo a La Nacion Luis Martínez, gerente del Bingo Lavalle.
«Nosotros estamos trabajando a pérdida. Los números negativos oscilan entre 400.000 y 500.000 pesos por mes. Para compensar esta pérdida, desde hace cuatro meses no pagamos el canon a Lotería Nacional (es el 19,8% por cada peso que se apuesta)», reconoce Martínez. En 2001, el Bingo Lavalle recibió 512.900 apostadores, mientras que el año pasado concurrieron 264.283.
En la avenida Rivadavia al 2200 está el Bingo Congreso, la sala porteña que más apuestas recibe. En la actualidad lidera el ranking, con 7,5 millones de pesos mensuales, y lo siguen el de Belgrano (6 millones de pesos), el de Flores (5,8 millones de pesos), el de Lavalle (5,3 millones de pesos) y el de Caballito (5 millones de pesos).
«Nosotros recibimos unas 1100 personas por día, pero desde que se prohibió fumar en las salas la concurrencia bajó notablemente. En total, antes había 2100 empleados en los cinco bingos y hoy son unos 700. La gente ya no viene como antes. Y la competencia con los bingos del conurbano es desleal, porque éstos tienen máquinas tragamonedas y se llenan de gente», afirma Domingo Lacuaniti, gerente del Bingo Congreso.
«Hay que tener en cuenta que, por cada peso que se apuesta, el 19,8 por ciento es para Lotería Nacional, el 64% se entrega en premios, y el 16,2% es para el sector empresario», agrega Lacuaniti.
fuente: lanacion.com

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