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Durante 2010, más de un millón de trabajadores españoles fueron despedidos

El Instituto Nacional de Estadística (INE) acaba de publicar una ampliación de la Encuesta de Población Activa (EPA) de 2010 con datos que reflejan cómo son las condiciones de trabajo en España y a qué perfil afecta más (y menos) la lacra del paro. Se constatan así detalles tales como que la mujer está muy lejos de romper su techo de cristal. En el caso de los hombres, los empleados rasos, aquellos que no son jefes ni tienen subordinados, son el 63,6% del total, y en el de las mujeres el 77,7%. Hay el doble de directores de pequeñas empresas o departamentos masculinos, y en el caso de las sociedades medias o grandes las mujeres en los puestos más altos son cuatro veces menos.

También queda claro que la mayoría de los que se quedaron sin trabajo el año pasado eran temporales (51,8%, algo más de dos millones de personas), pero los indefinidos despedidos van claramente en aumento, hasta el punto de que superaron el millón de personas (1.100.000, el 25,7%). En este apartado, la EPA incluye también a los afectados por Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) y los puestos de trabajo suprimidos.

Con todo, el mayor drama no está en los temporales ni en los indefinidos, sino en el colectivo que abandonó su último empleo hace tres años o más. En 2010 fueron 493.100, casi medio millón, nada menos que un 41,3% más que en el año anterior.

Por áreas de formación, el paro sigue afectando sobre todo, y cada vez más, al colectivo que ha seguido ‘programas de formación básica’, según la terminología de la EPA. Se trata de aquellos que han alcanzado como máximo el bachillerato, sin formación técnica y que representan el 30% de la población mayor de 16 años. Entre ellos, la tasa de paro es del 24,66%, cuatro puntos por encima de la media general, con los jóvenes como principales damnificados. Los menores de 24 años con formación básica sufren una tasa de paro del 46,22%. Prácticamente uno de cada dos está sin empleo.

En el lado contrario se sitúan las personas con formación en el ámbito educativo, con un paro del 7,8%. Es la única rama, además, en la que la tasa ha descendido respecto a 2009. También están en buena posición las personas especializadas en salud y servicios sociales (9,97%), y en ciencias (11,38%). En el lado contrario se sitúan los trabajadores con formación en el sector servicios, con un 20,09% de paro, tasa que ha aumentado hasta en cinco puntos con respecto a 2009. El análisis del segmento más joven (de 16 a 24 años) comienza a ser indicativo de que los nichos de empleo están cambiando. Así, si en la media total las personas con formación artística y de humanidades están en el 15,02% de paro, por debajo de la media. Entre el segmento de menor edad la cifra se eleva al 41,69%. Curiosamente, donde menos paro hay entre los más jóvenes es en ciencia: 23,75%.

La EPA dedica un apartado a las condiciones de trabajo en España, y lo más destacable es que el teletrabajo no cala. El 93,1% de los españoles no trabajó ni un solo día en su domicilio particular, un 2,5% lo hizo ocasionalmente y sólo un 3,8% más de la mitad de los días laborables del año. El aumento con respecto a 2009 fue sólo de cinco décimas.

En nuestro país, una de cada tres personas (34,9%) trabaja al menos un sábado al mes, un porcentaje que se reduce al 19,5% en el caso de los domingos. Por la noche sólo ejerce un ocupado de cada diez. Por otro lado, la ley de dependencia ha tenido como resultado que 361.000 personas trabajen en 2010 para cuidar a dependientes. Son, sin embargo, un 3,3% menos que en 2009.

Por la forma de contratación, sólo un 2,4% logró su puesto a través de los servicios públicos de empleo, que, además, van a peor, ya que fueron cuatro décimas menos que en 2009. Las ETT, sin embargo, mantuvieron su cuota en el 3%.

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