En todo el mundo, 90 millones viven cerca de algún reactor nuclear
Un flamante informe de la revista Nature y la Universidad de Columbia, con datos de la NASA, señala que en dos tercios de las 211 plantas nucleares existentes en el mundo viven más personas en un radio de 30 kilómetros de ellas que las que habitaban los alrededores de la ahora destrozada planta japonesa de Fukushima, de donde ya fueron evacuadas 172 mil personas.
En el trabajo –accesible mediante Google Earth y a través de www.nature.com/news– se puede ver el grado de posible afectación a población civil de cada una de las centrales, incluyendo las 600 mil personas que viven dentro de ese radio debido al complejo Atucha, en Lima, provincia de Buenos Aires, y las “apenas” 90 mil de los alrededores de Embalse Río Tercero, en Córdoba. Pero hay otras 21 plantas con más de un millón de civiles que viven sujetos a abandonar sus lugares en caso de un accidente de similar envergadura al sufrido tras el terremoto-tsunami japonés; seis de ellas tienen el número de potenciales evacuados por arriba de los tres millones.
Gráfico. En el mapa 3D se ve la alta densidad de potenciales afectados en Europa, India, Japón y China, y la crítica ubicación de las centrales norteamericanas de San Onofre y Diablo Canyon: están nada menos que sobre la falla de San Andrés, uno de los lugares con más chances de sufrir un terremoto devastador. En un radio de 75 kilómetros de San Onofre (California) viven casi 7 millones de personas.
No obstante, la central con más población cercana es la pakistaní Kanupp, en cuyos alrededores viven más de 8 millones de personas, aunque su reactor es de apenas 125 MW (cerca de un tercio del de Atucha I). Desde luego, y aunque es importante, la población de las cercanías de las centrales no es la única variable a la hora de establecer los riesgos de las centrales. Mientras algunos de los expertos citados en el trabajo hablan de una cierta “cultura de la seguridad” en cada país, también se evaluaron riesgos externos como terremotos, tsunamis, incendios, aludes, tornados y ataques terroristas. El debate, que en cierto sentido recién se inicia, sobre tácticas y estrategias respecto de la seguridad de las centrales atómicas muestra cómo revolvió el avispero nuclear el accidente de Fukushima.
Robots. En tanto, en la central japonesa, y para no seguir inmolando trabajadores, robots norteamericanos comenzaron a hacerse cargo de ciertas tareas críticas. Así lo informó la cuestionada empresa Tepco, a cargo del manejo de la central, que decidió también acompañar los datos con fotos y videos de los autómatas.
En la prensa se ha criticado que a pesar del amor por los robots del país asiático no haya estado disponible la tecnología y que recién un mes después se hayan introducido aparatos de EE.UU. Igual, los robots tuvieron dificultades para avanzar en el reactor 3 debido a que el camino estaba repleto de escombros, según el diario El Mundo.
fuente: diario Perfil
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