Ya nacen 5 bebés por día concebidos artificialmente
Cada vez más parejas recurren a los tratamientos de fertilización asistida para ser padres. Y, se sabe, los avances científicos en este terreno son imparables. En este cruce de mayor demanda y mayor precisión es que aumentan los nacimientos producto de estas sofisticadas técnicas: sólo en la Ciudad de Buenos Aires nacen tres bebés por día que no fueron concebidos naturalmente.Si se tiene en cuenta todo el país llegan a cinco bebés.
En Argentina hay 26 centros que se dedican a ayudar a hombres y mujeres que por diversos motivos no pueden ser padres. El año pasado se realizaron un total de 7.500 tratamientos. Los especialistas aseguran que el 25% culmina con el nacimiento de un bebé. Es decir, en 2008 nacieron 1.875 chicos gracias a las distintas técnicas. El 60% de los partos (1.125) fue en Capital. Los tratamientos son costosos. Depende de cada situación, pero pueden ir de 1.000 a 15.000 pesos. Si bien ya hay casos que llegaron a la Justicia y las obras sociales se vieron obligadas a cubrir los gastos, todavía es un tema privado y elitista (el 70% de las consultas es de parejas de clase media y alta). Es decir, para tener hijos de esta manera hay que tener plata. De ahí que se esté juntando firmas para que el tema sea tratado en el Congreso.
De todas maneras, a pesar de los costos y de la crisis económica, la demanda de tratamientos, lejos de mermar, experimenta un aumento constante. Todos los centros consultados por Clarín coinciden en que la demanda creció en promedio un 30% del año pasado a este. Procrearte, por ejemplo, anunció un crecimiento del 41% en el primer bimestre del año en tratamientos de alta complejidad. Según el director, Carlos Carrere, el crecimiento se da porque «las parejas intentan ser padres bajo todo tipo de circunstancias, y más allá de la coyuntura, el deseo siempre es más fuerte». El especialista admite que «cada vez son más las parejas que van directo al tratamiento, porque no quieren esperar y porque están más informadas sobre los avances en estas técnicas». La realidad es que muchas no quieren esperar porque ya son grandes. «Hay mujeres mayores de 35 años que están sin pareja, entonces recurren a la vitrificación de óvulos para asegurarse el futuro», explica Carrere.
Sergio Pasqualini, director de Halitus (allí la demanda se duplicó en los últimos dos años), dice lo mismo: «Las mujeres que atendemos tienen, en promedio, 35 años. Son grandes, y eso no es bueno, pero como ahora los diagnósticos ahora son muy rápidos y enseguida se ve cuál es el tratamiento indicado y se actúa». Para evitar imprevistos, Pasqualini también habla de una nueva posibilidad, como es el análisis de la evaluación temprana de la fertilidad.
«Argentina es un país que si bien hoy recibe el impacto de una crisis global, ha atravesado crisis propias y otras que sacuden a la sociedad como rebote. Este comportamiento económico variable ha provocado una sobreadaptación de la sociedad, al tiempo que continúa en términos generales con sus proyectos, especialmente los que se relacionan con el deseo y anhelo de formar una familia», explica Sergio Papier, director médico del CEGyR. Las estadísticas de ese centro indican que mientras en 2006 se realizaron 788 tratamientos de alta complejidad, en 2007 se llevaron a cabo 1.117 y el año pasado 1.235, que significa un incremento del 57 % con respecto a 2006.
Marcos Horton, director de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (Samer), cuenta que en los 26 centros del país se realizaron 7.500 tratamientos en 2008, y 4.500 (el 60%) fueron en Capital. «La crisis de 2002 se sintió y hubo un bajón en los tratamientos, pero luego la situación se recuperó y no paró de crecer. Hoy hay una nueva crisis, la recesión es total y los precios están congelados, pero aún así la gente no deja de recurrir a los tratamientos».
Con veinte años de experiencia, Ramiro Quintana, del Centro Argentino de Fertilidad, dice que en 1986 se hacían unos 40 tratamientos anuales, y que eran el último recurso: «Hoy no lo es en absoluto. La gente está más informada, y si teme alguna enfermedad se asesora y busca el tratamiento adecuado enseguida». De todas maneras, los especialistas coinciden en un consejo: no hay que demorarse tanto en la búsqueda de un bebé. La ciencia ayuda, y mucho, pero tampoco hace milagros.
Fuente: Clarín