El 95% de los docentes cree que deben enseñar educación sexual en las escuelas

El 95% de los maestros destaca la necesidad de dictar educación sexual en las escuelas, pero apenas la mitad reconoce estar capacitado para impartir esos conocimientos entre sus alumnos. Ante esta realidad, esta semana se realizó en el Ministerio de Educación la primera Reunión Federal de Educación Sexual Integral, con el objetivo de empezar a trabajar sobre los lineamientos de la disciplina que a partir de 2009 comenzará a dictarse en las 45.000 escuelas del país, públicas y privadas, laicas y confesionales, desde nivel inicial hasta el superior.

Del encuentro participaron directivos de 20 provincias: durante dos días analizaron el documento curricular elaborado a partir del Programa Nacional de Educación Sexual Integral, intercambiaron experiencias, discutieron contextos y sopesaron las dificultades y ventajas con las que contarán para ejecutar estas prácticas en el aula.

«La falta de capacitación docente, los desafíos de trabajar en conjunto con un nuevo actor (los padres) y la resistencia de ciertos grupos conservadores a abordar esta problemática son las principales dificultades que tiene por delante esta tarea», admite el secretario de Educación, Alberto Sileoni.

Y en plan de rebatir los discursos de los sectores retrógrados, recalca: «Este documento no se centra en la genitalidad ni es biologicista. Tiene una mirada trascendente, con eje en el amor, los afectos y el respeto por el otro. Tampoco pone en discusión a la familia como primer entorno educador del alumno».

Para paliar la falta de formación de los docentes, el Ministerio brindará apoyo a las provincias con cursos de capacitación y diferentes materiales didácticos que se repartirán en todas las escuelas durante febrero. «La idea es que en cada establecimiento se debata entre todos los docentes los contenidos y las formas de abordarlos de manera transveral a cada disciplina», explica la coordinadora del Programa Nacional de Educación Sexual Integrada, Mirta Marina.

«Los estudios dicen que los niños tienen a sus padres y maestros como referentes. En cambio, la conducta de los adolescentes está condicionada por la de sus pares y por los medios masivos de comunicación. Muchos padres tienen serios problemas para charlar con sus hijos de educación sexual. Allí entonces comienza a tallar como relevante la figura del docente, un adulto con cierta afinidad que puede oficiar como guía y difusor de este tipo de información y conocimiento», señala Sileoni. Y destaca: «La escuela no funcionará como una agencia sanitaria, facilitando métodos de anticoncepción. La escuela debe ser un centro de información para que los chicos puedan tomar sus decisiones en base al conocimiento y no desde la ignorancia y la tergiversación».

El dictado de la educación sexual tiene tres objetivos claros: prevenir las enfermedades infectocontagiosas de transmisión sexual, los embarazos no deseados entre las adolescentes y la violencia y el abuso sexual entre los menores.

Ahora bien, ¿cómo controlará el Estado que en todas las escuelas se brinde este tipo de enseñanza? Responde Marina: «Hubo consenso entre las distintas provincias para elaborar una serie de indicadores de evaluación, los que dentro de dos o cuatro años nos permitirán establecer si en esos distritos se avanzó o no en el dictado de los contenidos globales de educación sexual que marca la Ley».